China es un país que deja a pocos indiferente. Para algunos, ha liberalizado demasiado su economía para un país que dice ser socialista. Para otros, su intervencionismo estatal reduce la libertad de empresa. Sea como fuere, y política aparte, lo cierto es que es un mercado inmenso en el que se amasan gigantescos beneficios económicos en sectores de lo más variado, y eso incluye los videojuegos.
Su crecimiento porcentual en dicho sector se contaba con los cifras desde 2009, hasta el punto de que en 2017 creció la friolera del 30%. Pero la congelación de aprobación de licencias en el gigante asiático en marzo de este año abrió la enésima polémica en torno a ese país y, sobre todo, hizo que el crecimiento económico de la industria cayese al 5% (214.000 millones de yuanes, alrededor de 27.500 millones de euros). Una política que, según la SAPP (Administración Estatal de Prensa y Comunicaciones), está a punto de cambiar.
Hay una gran pila de juegos por revisar, así que esto tomará un tiempo. Continuaremos trabajando duro. Esperamos que todos sean pacientes.