[Análisis] ‘Master Reboot’

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Título: Master Reboot

Plataforma: Wii U, Steam (PC / Mac)

Desarrolladora: Wales Interactive

Publicado por: Wales Interactive

Género: Aventura

Lanzamiento: 24/07/14

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El primer contacto con Master Reboot es extraño independientemente del tipo de jugador que se acerque a él. Solo hay que echar un vistazo a imágenes del juego para comprender la magnitud de mis palabras. La excentricidad sobre la que está planteado engaña y confunde al que cree ver en él las etiquetas de survival horror, aventura gráfica o  juego de exploración. No hay nada de eso y a la vez hay retazos de ideas que prefectamente podrían haber encajado en cada uno de los géneros mencionados.

No sabemos qué nos depara el destino más allá de la muerte, pero en la obra de Wales Interactive se plantea un sociedad que conjuga a las mil maravillas las redes sociales y los recuerdos de las personas. En este futuro distópico, la tecnología permite ensamblar la memoria de aquellos que abandonan este mundo y subirlas a la nube, almacenando así los recuerdos de las personas fallecidas para que estos puedan compartirse y, en definitiva, ser guardados para que nunca se pierdan.

Un peculiar argumento que enlaza con la idea de que Master Reboot es raro. Raro por exponer un mundo en el que Facebook o Twitter podrían ser peligrosamente útiles con la nube como pretexto, raro por situarnos en ese futuro desde el prisma de un trabajador de la empresa fabricante de esa tecnología; y raro por disfrazar una idea brillante en mecánicas tan ridículamente arcaicas. Ahora bien, esa rareza es la que lo convierte en algo más que un producto pasajero o insulso.

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Master Reboot se sostiene por el interés que despierta su guión en el que en ningún momento nos deja claro qué estamos haciendo o a dónde queremos llegar, elaborando una aparentemente compleja intriga que no descubrimos hasta los últimos compases del juego. En las 6 o 7 horas que tardamos en completarlo hay momentos en los que palidece por su estructura fragmentada, ya que la forma de avanzar huye de las premisas lineales de este tipo de juegos y busca el ir superando fases en el orden que queramos dentro de una gran sala central por la que movernos y elegir a cuál queremos acceder. Ese es uno de sus grandes fallos al querer relatar una trama bien armada mediante escenas inconexas con altibajos más que evidentes.

La premisa inicial de manejar a un trabajador de la empresa que quiere investigar sobre dos personas de las cuales iremos sabiendo más conforme avancemos está bien elaborada por los giros de guión y la variedad de momentos que nos aguardan. Hablamos de bucear en recuerdos que van desde la infancia hasta la edad adulta e instante de la muerte. Una habitación, un colegio, un parque… todos ellos entornos que confluyen en las mecánicas que se plantean en cada una de estas escenas. No hay un gameplay definido, ni siquiera un objetivo claro del que no debamos apartarnos. Todo se reduce a avanzar e interactuar con los elementos que nos rodean sin atender a una justificación lógica. Lo mismo estamos en un juego de conducción que en unos instantes pasamos a hacer del mapa un campo de tiro al blanco. La falta de determinación es el molesto agujero del que no puede desprenderse Master Reboot.

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Por intentar aunar en una sola explicación su dispersa jugabilidad, todo podría resumirse en la solución de diferentes puzles repartidos en diferentes escenas. Y eso es lo que mata el espíritu del juego, el no querer ser lo que aparenta y convertirlo en un manojo de ideas incoherentes entre sí. Durante las primeras horas funciona, nos creemos lo que sucede en pantalla y resulta inmersivo, al menos hasta que aparece el concepto de Seren.exe, una especie de antivirus del sistema que intentará expulsarnos de los recuerdos por considerarnos un virus intruso. Algo así como la Reina Roja de la película de Resident Evil solo que con un aire más siniestro y que rompe todo el ritmo del juego. Cada vez que aparece lo hace como un espíritu o fantasma del que solo escuchamos sonidos siniestros y siluetas que se desvanecen para intentar infundir la sensación de miedo. Y digo intentar porque en ningún momento lo consigue y es un fracaso mayúsculo al rasgar las costuras del juego. La influencia de títulos como Slender: The Eight Pages frustra lo que podría haber sido un planteamiento ya de por sí notable e inusual en el sector. ¿Era necesario imbuir a Master Reboot de elementos propios de un género que no le corresponde?

Se trata de una reflexión que se agudiza a medida que nos acercamos al final, en un punto sin retorno en el que ya ha perdido toda su identidad. La repetición de puzles ya de por sí escasos y simples ofende cuando hablamos de un juego que no destaca por su duración. Es incomprensible que las grandes ideas solo se mantengan en la primera hora y el resto sea un reciclaje subversivo que arruina hasta esos notorios momentos del inicio. Nos movemos con una cámara en primera persona avanzando mediante el joystick e interactuando con según qué objetos mediante un único botón. El planteamiento es tan simple como explorar el escenario, encontrar una pieza y avanzar. Todo ello en un mundo que a veces no entendemos y por el que nos desplazamos de forma autómata al desconocer el porqué de nuestras acciones.

Tanto desconcierto va de la mano con su apartado gráfico recreado bajo el motor Unreal de forma inteligente y encubriendo sus lógicas carencias. No importa que los modelados de los objetos sean tan bruscamente cuadrados ni que los elementos del fondo se difuminen al dar dos pasos, pues han conseguido impregnar el conjunto con un sello personal e inconfundible. Su trabajo artístico luce gracias al efectismo de los juegos de luces y la marcada diferenciación de los escenarios hasta lograr un equilibrio adecuado entre la espectacularidad y la eficacia que se le exige.

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No hay momento de reflexión ni tiempo para pensar cómo resolver los puzles, pues su ridícula dificultad y la impunidad con la que el juego nos recompensa incluso cuando fallamos (no hay castigos ni muertes, tan solo el regreso al punto de control inmediato) nos hace impasibles ante las cosas que se suceden en pantalla.

En este amasijo de ideas mal conjugadas el aporte del terror psicológico no funciona porque en ningún momento representa un peligro real ante la certeza de que no podemos morir. Cualquier atisbo de susto de intuye a kilómetros de distancia y solo sirve para desalentar la exploración de los niveles más grandes.  Es incomprensible sabiendo que el propio estudio era consciente desde los primeros estadios del desarrollo en Greenlight y estaban al tanto del feedback que los usuarios les enviaban. Por aquel entonces solo llegaron a la conclusión de que el problema era del tráiler mostrado, que no representaba las virtudes del título. Con el juego ya lanzado la historia es bien distinta, por desgracia.

Hemos estado escuchando los comentarios de todos vosotros, no sólo en Greenlight, sino también de todo Internet sobre el aspecto de “susto fácil” del tráiler. Por desgracia, el sobresalto al final del tráiler no transmite los elementos de terror y de miedo reales que se encuentran en el juego en el que nuestro objetivo es dar un ambiente desconcertante y de genuino temor mientras exploras más que un susto, posiblemente, “barato”.

A pesar de todo, lo cierto es que esa idea de “temor barato” está presente más que nunca en su versión final. No ayuda en absoluto su limitado catálogo de efectos de sonido, repetitivos y fríos. Buscar un objeto por el escenario mientras escuchamos hasta la saciedad el mismo grito que pretende ser terrorífico pero suena a una parodia de sí mismo es frustrante y destroza la atmósfera del juego.

Desafortunadamente ni los amantes de los juegos de terror ni aquellos que disfrutan con la resolución de puzles encuentran acomodo en Master Reboot por su diluida dirección de diseño.

No puede considerarse un juego divertido ni desafiante, quizás sí podría haber sido atractivo por su argumento, pero hasta ese aspecto se ve mermado por la mediocre forma en la que se expone y resuelve. Las escasas 6 o 7 horas de juego que conlleva completarlo son una sucesión de ideas fragmentadas que funcionan por separado pero no se ensamblan en el conjunto final. Hay coleccionables en forma de patos azules repartidos por las distintas fases para alargar un poco la duración, aunque la mayoría son fáciles a la vista y no representan gran complicación.

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Master Reboot es decepcionante. Un planteamiento insólito y notable sobre el papel que falla en su ejecución. El resultado se siente como un conjunto de ideas y escenas inconexas que se hunden en el desarrollo de sus pocas horas de juego. Brilla en los momentos en los que se desprende de los tintes oscuros que imperan en toda la obra, pero no es suficiente como para considerarlo atractivo de cara al jugador. Falta definición como producto y posiblemente un buen trabajo de dirección.

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