[Muy Top] Cinco juegos clásicos realmente difíciles

¿Eran más difíciles los videojuegos antes? Bueno, en parte es cierto, ya que no tenían la duración que tienen los juegos de ahora, por lo que era normal que la dificultad se disparara, digamos, para que el desembolso te compensara más tiempo de juego. Además, algunas rutinas eran más torpes, cosa que necesariamente influía en la jugabilidad.

Os traemos una selección de cinco videojuegos clásicos realmente difíciles, considerados por muchos el sumun de la dificultad. ¿Puedes acabarte Dark Souls con los ojos cerrados? Si la respuesta es afirmativa, prueba alguno de estos y nos cuentas.

BATTLETOADS

El juego de los batracios más macarras creados por Rare apareció en varios sistemas, y en todos destaca su altísimo nivel de dificultad. Sí, al principio Battletoads puede resultar asequible en sus primeros compases mientras nos abrimos paso a base de puño, pero poco a poco nos damos cuenta de que esto no es ninguna broma.

La pesadilla de Battletoads va tomando forma nada más alcanzar la fase en la que vamos bajando por un túnel colgados de una cuerda. Vale, esto podría ser hasta fácil si tenemos en cuenta que lo peor está todavía por llegar. Y sí, nos referimos especialmente a la ya famosísima fase de las motos voladoras, nivel que forma ya parte de la historia de los videojuegos y que con solo mencionarlo seguro que alguno tiene pesadillas.

¿En qué consiste la fase de las motos de marras? Se trata de una carrera de scroll lateral en la que tenemos que ir esquivando una serie de obstáculos a toda pastilla. Con cualquier error que cometamos perderemos una vida y volveremos a empezar, por lo que es necesario tener unos buenos reflejos si queremos alcanzar el éxito.

Estas mecánicas se han ido repitiendo en juegos posteriores como Battletoads in Battlemaniacs, convirtiendo en términos generales a la saga de Rare en una de las series de juegos más difíciles de la historia.

GHOSTS ‘N GOBLINS

La primera aventura de Sir Arthur, ya sabéis, ese caballero andante creado por Capcom al que le gusta llevar calzoncillos blancos con corazones rojos, es Ghosts ‘n Goblins y ya apuntaba maneras desde su aparición en las recreativas en 1985, siendo uno de estos juegos en los que cualquier cosa podría matarte.

El problema de esta mezcla de acción y plataformas realmente no es llegar al enemigo final, aunque la dificultad sea extremadamente alta y se las traiga. No, gente. El problema real es que, para ver el final bueno, por así decirlo, hay que repetir el mapeado dos veces. Sí, debemos pasar por este infierno jugable dos malditas veces, solo así cumpliremos nuestro objetivo.

No sabemos muy bien quién en Capcom pensó que esto sería una buena idea, pero está claro que la cosa cuajó y el desarrollo de Ghosts ‘n Goblins en sus versiones domésticas sufre la misma suerte. Además, en sus también infernales secuelas, como Ghouls ‘n Ghosts o Super Ghouls ‘n Ghosts, este componente se repite, siendo incluso más rebuscado en algunos casos.

Por último, nos gustaría remarcar que la versión para NES del juego, una de las más populares, es también la más difícil de todas. Su creador pensó que el original no era lo suficientemente complicado, así que el cartucho para Nintendo NES es todavía más extremo que la recreativa en la que se basa. Quizá pensaron que así estaría mejor para que los jugadores disfrutaran más tiempo de este port de Ghosts ‘n Goblins.

R-TYPE

Vale, es cierto que el género de los shoot ‘em up es ya de por sí un género que destaca de sobremanera por su dificultad, pero lo que creó Irem en 1987 va un paso más adelante. Esa obra maestra de los matamarcianos llamada R-Type sentó cátedra a la hora de presentarnos un desafío solo para los más duchos a los mandos de las recreativas.

Aunque no estemos hablando de un “bullet hell” al estilo de juegos como, por ejemplo, el descomunal Ikaruga, R-Type ya nos enseñaba los dientes, demostrándonos que su desarrollo no es ningún camino de rosas.

El caso es que es muy sencillo sentirse acorralado en este juego. Hay momentos en que los proyectiles y ciertos enemigos nos asfixian sin descanso, y para ello tenemos que mover nuestra nave por la pantalla con verdadera precisión quirúrgica. Cualquier hueco disponible es bueno para resguardamos, pero un paso en falso nos mandará irremediablemente al otro barrio.

Por supuesto la senda marcada por esta maravilla influenció en juegos posteriores y en entregas futuras de la serie. Sin ir más lejos ahí tenéis al excelente y mucho más reciente R-Type Final 2, que demuestra que los matamarcianos de corte clásico siguen siendo un desafío a la altura de los más veteranos en estas lides.

SUPER MARIO BROS.: THE LOST LEVELS

Los juegos del fontanero bigotudo más famoso de los videojuegos nunca han sido fáciles. Siempre han sido el ejemplo perfecto de que muchas veces lo más fácil de aprender es lo más difícil de dominar. Super Mario Bros. 3, Super Mario World o incluso Super Mario 64 tenían niveles verdaderamente infernales, pero lo de este Super Mario Bros.: The Lost Levels ya es de otro mundo.

Por si acaso os refrescamos la historia. Estamos hablando del verdadero Super Mario Bros. 2, no el que nos llegó a nosotros, sino del que salió para la Famicom japonesa como secuela oficial del primer Super Mario Bros. Se consideró que las inexpertas manos del público occidental no podrían con este juego, por lo que Nintendo nos hizo llegar el Super Mario Bros. 2 que todos conocemos y que estaba basado en otro juego de Miyamoto llamado Doki Doki Panic!

Años después, dentro del recopilatorio para Super Nintendo llamado Super Mario All-Stars, nos llegó por fin dicho juego bajo el nombre de Super Mario Bros.: The Lost Levels, así que los usuarios de la 16bit de Nintendo pudieron saborear las mieles del que posiblemente sea el juego de plataformas más difícil de todos los tiempos.

¿Y qué lo hace difícil? El diseño de niveles, las plataformas, la cantidad de enemigos en pantalla… ¡TODO! Es un juego realizado a mala baba, presentando un desafío a los más exigentes. Incluso hay una seta que al cogerla te quitará una vida. Demencial.

ZELDA II: THE ADVENTURE OF LINK

Y terminamos también con Nintendo, con la segunda parte del exitoso The Legend of Zelda para la Nintendo NES que, al margen de la polémica que creó en su día con su planteamiento, está considerado uno de los juegos más difíciles de esta inolvidable saga de juegos de aventura.

La dificultad de Zelda II: The Adventure of Link reside en dos aspectos fundamentales. Por un lado está su desarrollo lateral, que se alterna con un mapeado abierto con perspectiva aérea en el que es muy fácil perderse. Además, hay momentos en los que no sabremos muy bien qué hacer al no comprender demasiado bien los objetivos que debemos cumplir.

Por otra parte, el sistema de combate exige paciencia y coordinación. Será fácil tirar la toalla en los primeros compases del juego cuando veamos que un simple enemigo nos puede dar una soberana paliza. Esto es porque en Zelda II: The Adventure of Link debemos calcular perfectamente los ataques, los saltos o los bloqueos.

Zelda II: The Adventure of Link siempre es considerado la oveja negra de la familia. Se intentó innovar dándole toques roleros y un cambio de aires respecto a la anterior entrega, cosa que no está nada mal, pero no salió exactamente como se esperaba. Por suerte luego vino The Legend of Zelda: A Link to the Past y las cosas siguieron por muy buen cauce.

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