Introducción

Por Serenion

Tú. Sí, tú. Las cosas no van bien ¿eh? ¿Qué es esta vez? ¿Los estudios, el trabajo, la familia? Sé lo difícil que es a veces seguir adelante. El mundo no es justo ni de lejos. Y a eso se le suma que esos momentos en los que buscas encontrar la paz son aún peores. Redes sociales, mensajería instantánea, la sensación continua de que vas a ofender a alguien con cada cosa que hagas o digas. No ayuda. En absoluto.

Pero tú y yo tenemos un as en la manga. Un as que por mucho que el mundo nos intente tumbar nunca perdemos.

Tú y yo somos libres. Solo con abrir un libro podemos volar a Krynn a lomos de un dragón metálico. Podemos alzar la vista y recorrer el bosque junto a Asitaka. Tomar un mando en las manos y ser el Dovahkiin. Explorar un universo infinito, volar en la Normandy, viajar junto a Lidenbrock al centro de la tierra. Tierra Media, Reinos Olvidados, Tamriel, Azeroth, Hyrule, Albion… Ahí radica nuestra libertad. Nosotros podemos evadirnos de este triste, gris y loco mundo y escoger donde vivir. Porque para eso escogemos ser diferentes. Para poder decirle a este triste, gris y loco mundo que no vamos a rendirnos, no vamos a dejarnos vencer. Y este mes vamos a contaros a dónde nos vamos nosotros cuando todo se pone difícil.

The Witness

Por elbuenhater

Últimamente se habla demasiado, apoyando el interés en las nuevas virtudes de la next gen, de lo visual, de la magia del engaño, de lo que ven nuestros ojos, de lo bello del futuro visual. Quizás tanto resplandor nos ciega a la hora de ver de verdad qué juegos son lugares donde perderse utilizando nuestra mente, a solas con nosotros mismos probando que somos capaces de sentir sin tanto festival audiovisual…

The Witness sería para un vidente lo que una brisa de aire complejo para un ciego, una isla donde cada paso significa un nuevo color, un nuevo aprendizaje, una nueva sensación de avance místico.

Queríamos hablar de lugares dentro del medio donde perderse, donde aprender a mirar de una forma diferente, y sin duda esta isla es capaz de obviar tu mirada. Es capaz de hacerte replantearte si un videojuego puede y debe abrir otros ojos mentales, otras formas de entender el mundo, un puzzle que implica implicación es un gran viaje, un viaje complejo, una nueva forma de mirar al mundo.

Jonathan blow es un gran oftalmólogo, nos quiere hacer ver con sus obras que no sólo vale una imagen, una dinámica jugable, un momento en el presente, lo más importante es sumergirse en lo complejo de lo que no vemos a simple vista, de lo increíble que es viajar a las dudas, al temor de quién somos en un espacio, a lo bello de perderse dentro de cada jugador, experimentando lo que llevamos dentro…

¿Genialidad? Grandilocuencias inconexas de autor? El viaje lo decides tú, pero esta isla sin duda es un lugar donde antes de morir como visionario debes probar, investigar, ese viaje interior que al pensar te enseña lo bello de este medio. ¡¡¡Gracias, Jhony!!!

The Elder Scrolls V: Skyrim

Por Serenion

Hace ya una década, cuando el mundo era un lugar muchísimo mejor, llegó a mi vida el que seguramente sea el sitio en el que más cómodo puedo sentirme en este universo. Ese sitio en el que me refugio cuando todo va mal. Sé que muchos os sentís igual con él, así que esta explicación solo va para aquellos que aún no le habéis dado una oportunidad. Hablo de Skyrim, la provincia más al norte de todo Tamriel. Sí señores, es sin duda el mejor refugio para la mente que pueda haber. Cierto es que no es un mundo fácil. Hablamos de una provincia imperial en plena guerra civil, en la que una antigua amenaza surca los cielos y arrasa con todo. Y sin embargo, me siento más a salvo en su interior que en una habitación del pánico.

¿El porqué? Yo lo atribuyo a tres factores. El primero, sin duda, es que eres el Dovahkiin. Mucha gente acusa de simplismo a Skyrim, pero ¿no es acaso eso lo que nos hace disfrutar de otros entretenimientos, como el UCM? Yo personalmente me siento invencible controlando al Sangre de Dragón. Este efecto hace que tu mente se despeje al ritmo de un Fus Ro Dah.

El segundo es el paisaje. Podrá ser un lugar terrible, pero nadie puede dudar de la preciosidad evocadora de sus paisajes. La Cuenca, Carrera Blanca o Hibernalia son lugares que recordaré en mi senectuz.

Y por último, la música. Para mí, una de las mejores obras de Jeremy Soule. Digno integrante no mencionado del tema del mes anterior, la banda sonora acompaña en todo momento a una joya eterna que tras diez años junto a nosotros gustamos de revisitar una y otra vez.

Os veo en Riften. Sed buenos.

La saga Los Sims

Por Alf

Si bien el tema de este mes ha cristalizado en mundos a los que nos “escapamos” metafóricamente, en un primer momento iba a ir sobre mundos en los que nos gustaría vivir. Literalmente. O puede que no, que yo lo haya interpretado de forma literal. En cualquier caso, he querido introducir esta aclaración para explicar la aparente ironía que supone el juego (juegos, más bien) que he elegido para esta publicación: la saga de Los Sims. Y es que hacía años desde que jugué por última vez a Los Sims 4, y cuando eché algunas partidas para tenerlo algo más fresco, estaba perdídísimo, no recordaba dónde estaban desperdigada la descendencia de mi personaje primigenio. Pero como ya lo tenía redactado, así se va a quedar. Y es que claro, ciñéndonos al tema original (o que creo que era el tema original), ¿a quién no le gustaría vivir en el mundo de Los Sims?

Es que no hay color. Partimos con cierta base económica, hay disponible vivienda a precio asequible y sin hipotecas que te encadenen de por vida, el trabajo es fácil de encontrar, y basta con que vayamos de buen humor para que nos asciendan (además de mejorar alguna habilidad, de las cueles no pocas son resultados de actividades cotidianas), pudiendo encadenar varios ascensos en unos pocos días. ¡Hasta los muebles y demás artículos del hogar se instalan instantáneamente en nuestros domicilios y las reformas de las casas se llevan a cabo sin esas molestas obras!

Mi sempiterno personaje de Los Sims, Hermenegildo Zurúllez

Básicamente, el mundo de Los Sims tiene la misma tecnología que el actual, y de hecho pretende ser un reflejo de él, pero en realidad es su antítesis, o al menos del sistema actual, en el sentido de que brinda lo que éste no es capaz de ofrecer: las necesidades básicas cubiertas. Si no te importa tener un triángulo en la cabeza y que el jugador te dé instrucciones irracionales, hacerte caer de sueño al olvidarse llevarte a dormir o que le dé por asesinarte emparedado o ahogado en la piscina, es el lugar perfecto donde vivir.

Animal Crossing: New Horizons

Por Serenion

Si hablamos de un mundo magnífico en el que viviría el resto de mis días, podría apostar por el mundo de Animal Crossing. Sobre todo de su última iteración, New Horizons. ¿A quién no le gustaría vivir en una isla paradisíaca? Pasear, saludar a tus vecinos, visitar la playa y hacerle el vacío a ese gorila tan feo que te ha tocado como vecino a ver si se pira.

No todo sería maravilloso. Quizás algunas noches podría llegar algún aire con olor a pachouli desde Cayo Fauno. O un día Paquito se pasará con el Clembuterol y atacará a Matracas por invadir su zona de entrenamiento. Pero hasta llegar ese día podrías disfrutar de una paz infinita en la que nadie jamás osaría perturbarte. Salvo Ladino. A Ladino un día le romperé las piernas por estafador.

En fin, sin duda vuestro querido Serenion se iría a vivir sin duda a una isla regentada por Tom Nook solo por darle la turra a diario a Mili. A ver si un día la convenzo para tomarse un café conmigo y con Pupas.

Pokémon Perla/Diamante (región de Sinnoh)

Por Madetogaming 

¡Muy buenas! Este mes tratamos acerca de mundos a los que viajar, y pocas opciones se me ocurrieron más obvias para muchos que el caso del mundo Pokémon. En este caso, en concreto, me he decantado a seleccionar como destino la hermosa región de Sinnoh que en breves vamos a poder revisitar en sus remakes.

¿Por qué Sinnoh y no otra región que posiblemente tenga destinos mucho más preciosos para una visita turística? Muy simple, aquí es dónde se ha dado origen a las leyendas de los Pokémon legendarios que dieron forma al mundo Pokémon. Toda la historia y cultura de esta región ya la vamos a ver en leyendas Arceus que ocurrirá siglos antes que las entregas ya mencionadas.

Este punto, es el que a mí me parece determinante para decantarme por ella. Pasar a vivir esa aventura de entrenador soñada en una región legendaria en sí misma. Con unos entrenadores (y campeona de liga) que no nos podrán las cosas fáciles, y a todo esto añadirle la emoción que siempre me hizo sentir el mundo Pokémon.

La captura de criaturas y entrenarlas, presenciar en persona cómo tu bestia favorita evoluciona y en esa misma aventura introducirte en lugares legendarios para hallar a las criaturas de las que las leyendas hablan. Sin duda, me maravilla esta idea y creo que a muchos más también.

Sin miedo a equivocarme, creo que este viaje sería una autentica maravilla. ¿Alguien más se viene?

La saga The Legend of Zelda

Por Alf

La verdad es que, con mi anterior apartado (el de Los Sims) puse el listón muy alto. ¿Qué otro juego, a nivel de mundo, estaría bien para instalarse? No es mucho lo que se me ocurra, sinceramente. Pero, por un instante, me ha evocado el universo de The legend of Zelda.

Ciertamente, así a bote pronto, no tiene demasiados atractivos. Es un mundo feudal, con el desarrollo tecnológico de éste, y seguramente con un nivel de higiene por el estilo. Además, las amenazas abundan por doquier. Tan pronto puede caernos encima una siniestra luna, convertirnos en entidades espectrales cuando un crepúsculo sin fin se cierne sobre la Tierra, sufrir un apocalipsis zombie y otras calamidades, además de ciertos inconvenientes, como que bestias terribles surjan de la nada al caer la noche.

Entonces, ¿qué es lo que puede atraer del mundo de The Legend of Zelda? Este hecho, que además puede extenderse al resto de universos de fantasía, puede deberse a que es totalmente diferente a lo que conocemos, y donde todo es posible. La magia es una constante, y puede dar lugar a maravillas. Además, creo que se debe también a que transmite cierta sensación de protección. Las divinidades se manifiestan directamente y velan por el mundo. Bien es cierto que su poder no es suficiente, Ganon u otros villanos las anulan. Pero es en ese instante desesperado cuando aparece Link, el héroe legendario que pone fin a todos los problemas.

Contrariamente a este caótico mundo real, en The Legend of Zelda (y, como digo, tantos otros) los males de éste pueden ser resueltos por las acciones de una sola persona. Aquí no dejamos de tener la capacidad de influencia de una diminuta hormiga en un gran hormiguero, aunque nos guste pensar lo contrario.

Simuladores

Por Alf

Voy a seguir ciñéndome al enfoque original del tema. Uno en el que no me siento muy cómodo. Lo último que voy a poder aportar aquí será una mezcla de reflexión y de sinceramiento. Y es que soy muy poco capaz de evadirme (no así en mi infancia y adolescencia, pero eso ya ha quedado atrás). Esto puede ser una bendición o una maldición, según se mire. Y quizás sea esa la razón por la que me gusten tanto los juegos de simulación. Ya sea unificar la India en plena Edad Moderna siendo su núcleo fundador el antiguo Vijayanagar, hacer del país africano Mutapa una potencia mundial a la altura de los imperios occidentales (con bastantes trampillas de por medio, eso sí), conservar la República española y enfrentarme al Eje o tomar el sur de Francia con la España franquista aprovechando el empuje del Reich (o, qué sé yo, ganar la Europa League, dos Copas del Rey consecutivas y una Supercopa de España con el Leganés con un jugador que se llama igual que yo al frente), todos estos escenarios ficticios tienen un indisociable nexo con lo real. Lo mismo decir de las grandes ciudades o diminutos pueblos con estrambóticos nombres que suelo construir. El resultante es totalmente ficticio, pero su materia prima está construida con réplicas de realidad.

Es muy poco lo que pude jugar a SimCity 2013, pero creo que esta será la única ocasión para poner esta captura.

Me gusta imaginar mundos diferentes, y obviamente mejores, pero siempre sobre la base de lo real, del mundo material que vemos, sentimos y tocamos a diario. Quizás sea esa forma de ser la que hace que me guste especialmente “vivir” estos mundos simulados a través de las partidas, unos que tienen un claro correlato mundano. Y también la que me hace tan complicado siquiera concebir vivir en todos esos fantásticos mundos tratados este mes.

¿Es tan malo pensar en una realidad alternativa partiendo del aquí y el ahora?

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