A finales de los años 70, Nintendo decidió lanzar su popular arcade Radar Scope en Estados Unidos para tratar de expandirse hacia ese mercado. Lamentablemente el juego no llegó a tener demasiado éxito de manera que muchas de sus placas de recreativa estaban siendo retiradas y devueltas a Nintendo.

Ante esta situación, la compañía japonesa decidió tratar de modificar el juego y volverlo a lanzar. Sin embargo, las mentes creativas de Nintendo (Shigeru Miyamoto y Gunpei Yokoi) tenían otra idea en mente y decidieron crear un juego completamente nuevo sobre un Gorila que secuestraba a una mujer y tenía que ser rescatada por un hombre bajito con bigote, carpintero de profesión y con una habilidad innata para saltar los barriles que el simio le lanzaba.

Radar Scope y Donkey Kong

Ese nuevo juego se llamó Donkey Kong y tuvo tanto éxito en Estados Unidos que incluso a día de hoy es uno de los arcades más famosos y mejor valorados, a la altura de otros grandes de la historia de los videojuegos como Pac-man o Space Invaders.

Tras el éxito rotundo de Donkey Kong se esconde también su mayor fracaso, pues Nintendo tuvo que decidir qué personaje elegía como mascota para poder tener un icono que hiciese a la compañía reconocible. La decisión estaba entre el propio Donkey Kong y Jumpan (Mario), y finalmente se decidió elegir a este último debido a que Donkey Kong era el villano en el juego original, mientras que Mario era el héroe (aunque curiosamente Mario era el villano en Donkey Kong Jr). Esta decisión ensalzó al ahora fontanero a la gloria, al mismo tiempo que hundiría poco a poco al gorila en el olvido (al menos durante la última mitad de los 80 y principios de los 90).

Pese a ese traspiés contra su eterno y bigotudo enemigo, Donkey Kong se ha mantenido en la actualidad y a día de hoy es uno de los personajes más reconocibles del mundo de los videojuegos, de manera que desde ComboGamer hemos decidido hacer uno de nuestros artículos de aniversario sobre este peculiar gorila y sus 36 años en el mundo de los videojuegos.

Clara imagen de la rivalidad entre Mario y los Kong

Martín Fernández

La saga clásica de Donkey Kong está formada por cuatro juegos. Los dos primeros fueron Donkey Kong (1981) y Donkey Kong Junior (1982) y son tan populares que no creo que tenga que hablar de ellos, pero los dos siguientes (aparecidos ambos en 1983) no gozaron de esa fama y generalmente suelen estar en segundo plano o directamente olvidados.

Donkey Kong Jr Math es un juego radicalmente distinto a los anteriores pues pese a tener algo de su jugabilidad basada en las plataformas es principalmente un juego educativo para aprender matemáticas. Y por último tenemos a Donkey Kong 3, que se alejaba todavía más de los anteriores tal y como veremos a continuación.

Donkey Kong ha vuelto a hacer de las suyas y en esta ocasión la ha tomado con el invernadero de Stanley, que es quien tratará de detenerle usando su aerosol con el cual disparará al simio en sus partes bajas. Obviamente Donkey Kong no va a dejarse echar tan fácilmente, de manera que se dedicará a sacudir todas las colmenas de abejas que encuentre para que estas ataquen a Stanley y lo quiten de en medio.

Donkey Kong dispuesto a amargarle la vida a Stanley

Este juego que nada tiene que ver con los anteriores (excepto por la aparición de Donkey Kong) es un shooter donde tendremos que evitar a los insectos y objetos que nos tire Kong al mismo tiempo que le disparamos al gorila en el culo (o eliminamos a los insectos que nos vayan a atacar). La premisa es bastante sencilla, pero se va complicando conforme los insectos se vuelven mas violentos y empiezan a aparecer algunos de ellos que explotan.

¡Dispárale en el culo!

Mientras tratamos de disparar a Donkey Kong para que se mueva hacia la parte superior de la pantalla (pues si baja demasiado saltará encima de nosotros y nos eliminará) y disparamos o evitamos a los insectos, también tendremos que echarle un ojo a las flores que hay detrás de Stanley y que algunos insectos tratarán de robar, pues en caso de que se las lleven todas perderemos una vida.

Nunca he sido muy fan de los juegos clásicos de Donkey Kong, ya que no se me dan muy bien. Sin embargo, siempre me ha hecho mucha gracia Donkey Kong 3 por ser tan diferente al resto en cuanto a jugabilidad. Además es divertido dispararle a Kong en el culo y ver cómo mete la cabeza en una colmena de abejas.

Kong recibiendo su merecido

A principios de los 90 Rare empezó a trabajar codo a codo con Nintendo y la compañía nipona dejó a los desarrolladores ingleses que eligiesen una franquicia de la compañía para sus juegos.

El viejo Donkey Kong ahora es el abuelo Cranky

Como todos sabemos el elegido fue Donkey Kong y de esa decisión salió la aclamada trilogía Donkey Kong Country para Super Nintendo (que después se llevó a Game Boy Advance). Donkey Kong Country tuvo una enorme publicidad debido a su novedoso apartado visual (basado en gráficos renderizados convertidos luego a sprites) pero no era lo único bueno que ofrecía ya que el juego era muy divertido, estaba lleno de secretos y tenía una banda sonora excelente.

 

 

El éxito fue tan grande que no tardó en anunciarse la primera secuela Donkey Kong Country 2 Diddy’s Kong Quest, donde Donkey Kong había sido raptado por el jefe de los Kremlins y solo los pequeños Diddy y Dixie Kong podían salvarlo.

K.Rool maltratando a Donkey Kong

Recuerdo que cuando vi en las revistas las primeras imágenes de la secuela me decepcionó profundamente que no se pudiese jugar con Donkey Kong, aunque al momento recordé que casi siempre yo solía jugar con Diddy Kong en el original, pues era más agil y manejable.

Diddy a lomos e Rambi

Cuando se lanzó Donkey Kong Country 2 no pude comprármelo, ya que ese mismo año se había lanzado Yoshi’s Island: Super Mario World 2 y preferí elegir a este último. De manera que tuve que contentarme con jugar al nuevo juego de Kong de vez en cuando, gracias a un compañero que clase que se lo había comprado y a veces me lo dejaba.

En el parque de atracciones

Años más tarde conseguí el juego y pude jugarlo de seguido y en profundidad y la verdad es que logró lo imposible: superó en absolutamente todo a su predecesor. El juego era más difícil, habían más secretos y en caso de encontrarlos obteníamos el acceso a niveles nuevos y un final distinto.

En el interior de una colmena

El hecho de que el juego sucediese en la isla de los Kremlins dio la oportunidad de añadir escenarios tan extraños y originales como un panal de abejas, una casa encantada, un bosque encantado, un castillo, un volcán y un parque de atracciones. La música de David Wise se superaría a si misma también y la jugabilidad estaba a la altura de las expectativas.

Donkey Kong Country 2 fue (y es) mi favorito en la saga, independientemente de que no fuese el original y que Donkey Kong Country 3 añadiese algunas mecánicas muy originales. En lo que a mi respecta, el más divertido y excelente de la trilogía es la segunda parte.

Rattly la serpiente, uno de los nuevos animales

Tras la marcha de Rare a Microsoft se cancelaron algunos juegos de Donkey Kong para Gamecube (como Donkey Kong Racing) y no fue hasta que Namco hizo un pacto con Nintendo que el gorila no tuvo una oportunidad de llegar a la nueva consola con un juego propio.

El resultado fue Donkey Konga, un juego musical donde podíamos usar unos enormes Bongos a modo de control, lo cual hacía que la experiencia fuese mucho más divertida (y agotadora).

Mientras Namco iba lanzando más Donkey Konga (en total salieron 3) Nintendo desarrolló otro juego de Donkey Kong, que regresaría a las plataformas en 2 dimensiones y se controlaría con los citados bongos.

Los Bongos de Gamecube

La idea de volver a jugar a un Donkey Kong en 2 dimensiones me pareció excelente, pero eso de usar los bongos como control me pareció horrible, de manera que cuando pude comprar Donkey Kong Jungle Beat empecé a jugarlo con el mando de Gamecube pensando que el control sería mejor así. Poco después me dio por probar como funcionaba el juego con los Bongos y la verdad es que me alegré de hacerlo, pues el juego mejoró rotundamente.Con los Bongos el control es totalmente intuitivo y bastante preciso, además era muchísimo más divertido (y agotador).

Donkey es bastante bruto a la hora de atacar a sus enemigos

Donkey Kong Jungle Beat no es un juego de plataformas común, pues de lo que se trata es de completar el nivel recolectando plátanos, los cuales se multiplican por el número de combos (acrobacias, aplastar enemigos y otras monerías) que hagamos sin tocar el suelo. Si por ejemplo tenemos 10 plátanos y nos subimos a una liana y al caer le pegamos a un enemigo y al eliminarlo rebotamos hacia una pared y rebotamos de esta a otro enemigo y lo eliminamos, tendríamos un combo de 4, con lo cual esos 10 plátanos se convertirían en 40, que pasarán a nuestro marcador una vez toquemos el suelo. Ese sistema de puntuación hace que te quieras arriesgar al máximo para multiplicar los plátanos, pero al mismo tiempo hace que cometas más locuras y te arriesgues a perderlos, pues si recibimos daño mientras tenemos un combo acumulado perderemos todos los plátanos extra que habríamos conseguido con el.

A lomos del casi imparable Cabrisonte

 

Cada mundo de compone de 2 niveles y un enfrentamiento con un enemigo final y tras ello, un recuento total de plátanos que nos otorgará una medalla (de bronce, plata, oro o platino). Necesitaremos medallas para ir abriendo nuevos mundos y niveles, con lo cual rejugar los niveles mejorando nuestras puntuaciones es algo tan necesario como divertido.

También conviene tener cuidado con los enemigos finales, pues en los enfrentamientos contra ellos, nuestra barra de vida serán los plátanos conseguidos, de manera que da igual que lleguemos a ellos con un récord de plátanos, si luego perdemos la mitad durante el enfrentamiento.

Peleando contra Bushido Kong

Los combates contra los enemigos finales son geniales y se podrían dividir en dos categorías. Por un lado tenemos los combates contra los otros Kong (que se desarrollaran como si fuesen combates de boxeo (una vez más, los bongos como control mejoran la experiencia) y por otro los enfrentamientos contra los animales gigantes, que son más de corte plataformero clásico.

Donkey Kong Jungle Beat me parece uno de los juegos más divertidos que he probado en mi vida, especialmente si usamos los bongos como control. Debido a ello, no entiendo por qué cuando se relanzó este juego para Wii quitaron esa opción, especialmente cuando Wii tiene puertos de mando de Gamecube donde se podrían conectar los bongos. Lo he probado usando el Wiimote y la verdad, no es ni la mitad de divertido.

Alfonso Coronado

Aunque en el momento sólo fue un divertido y adictivo juego más, con el paso del tiempo el lanzamiento de Donkey Kong supuso un doble hito: el nacimiento de dos de los personajes más populares de Nintendo, Mario y el propio Donkey Kong. Por lo tanto, no es de extrañar que más de una década después apareciese un remake homenaje de este juego. Para remarcar aún más este hecho, recibió exactamente el mismo título que el original, si bien para distinguirlo de éste se le conoció popularmente como Game Boy Donkey Kong o Donkey Kong ’94. Por primera vez tras más de diez años Mario y Donkey Kong volvían a verse las caras.

 

Tiene un marco propio para Super Game Boy.

 

Ya escribí en su momento sobre este título, de modo que no voy a extenderme mucho. Lo que más me llamó la atención fue la manera en el que lo dotaron de una viva personalidad propia. No se ciñe al original (aunque los primeros niveles sean prácticamente un calco del mismo), pero tampoco se conformar en añadirle una mezcolanza de elementos manidos de las sagas Super Mario Bros. y Donkey Kong Country. De este modo lograron crear un acertado equilibrio entre puzzles y plataformas nada parecido a lo que existía en ese momento en los dos caminos separados que habían tomado ambos personajes.

Con las cuerdas tomamos impulso para llegar a sitios altos.

Ya no basta con esquivar obstáculos para llegar arriba del todo y rescatar a Pauline (quien reaparece tras varios años en los que Peach la arrebató el pasivo papel de damisela en apuros). No. Ahora es necesario buscar una llave y trasportarla como buenamente podamos a la puerta para pasar al siguiente nivel, en medio de una serie de obstáculos, mecanismos y enemigos que nos lo pondrán cada vez más difícil. Todo ello adobado con una jugabilidad extraordinaria en la que, bajo la aparente tosquedad del original (un Jumpman incapaz de correr y saltar del modo en el que lo hacía en los Super Mario Bros.), por primera vez podríamos ver al fontanero efectuar una gama de cabriolas que ni en Super Mario 64.

Todavía habría otro juego de Donkey Kong (técnicamente, al menos) al que jugaría en esa portátil. Se trata de Donkey Kong Land 2, una versión modificada y más compacta de Donkey Kong Country 2 (del que ya habló Martín más arriba), aunque desafiante y con la suficiente profundidad como para añadirle un extra de exploración y rejugabilidad (las letras Kong para ganar vidas extras, los objetos para desbloquear secretos, guardar la partida, etc.). Pese a que el intento de adaptar los gráficos prerenderizados a la pantalla en blanco y negro de ocho bits de Game Boy producía un barullo de píxeles en determinados momentos, su apartado gráfico seguía siendo atractivo para las necesidades y prestaciones de la consola. Lo mismo cabe decir de su banda sonora, cuyas adaptaciones “ochobiteras” siguen resonando en mi memoria.

Diddy Kong también es protagonista en Game Boy.

Por mi parte, no es mucho más a lo que he jugado el gran simio de Nintendo, más allá de los juegos de Mario (o los Smash Bros.) en los que aparece como personaje jugable. Con todo, sólo me queda desearle un feliz 36 cumpleaños. Que cumpla muchos más, a ser posible con nuevos e interesantes juegos.

Jorge Consiglio

Como ya se ha comentado, Rare desarrolló para el Super NES un juego conocido como Donkey Kong Country. Con los mejores gráficos para una consola en ese momento, DKC se convirtió en un gran éxito, y también presentó a nuevos personajes dentro de la franquicia. Luego, con el lanzamiento de la Nintendo 64, Rare sabía que tenía que lanzar Donkey Kong 64, y afortunadamente lo hizo.

Donkey Kong 64

La historia de Donkey Kong 64 no es tan original, pero realmente tampoco importa tanto en los títulos de plataformas, que suelen tener montones de clichés en este aspecto. Básicamente, el archienemigo de DK, King K. Rool (cuyo nombre se puede pronunciar como «King Crool» o «Rey Cruel»), ha tomado su fortaleza flotante y ha prometido aniquilar la isla de origen de Donkey Kong. Por supuesto, no podrá hacerlo sin fallas, y termina estrellándose en la isla, lo que le obliga a encerrar a su torpe asociado, K. Lumsy (también tiene un juego de palabras, puesto que se pronunciaría como «Clumsy» que significa «torpe»). Obviamente, esto hace que Lumsy no se sienta muy leal a su Rey, y por lo tanto, promete ayudar a DK si éste lograse liberarlo de su prisión. De esta forma, le corresponde a Donkey Kong y a sus amigos juntar varias llaves para liberar a K. Lumsy de su jaula, y así liberar al mundo del Rey K. Rool.

Hablando de jugabilidad, DK 64 me ha proporcionado muchísimas horas de diversión. Tuve la suerte de poder comprar el juego de lanzamiento (aun lo tengo completo en su caja) y fue el primer juego que requería una expansión de la memoria RAM de la Nintendo 64 para poder ser jugado. Por esa razón, el juego venía en una caja de un tamaño mayor a lo normal, ya que incluyó el llamado Expansion Pak, que es una especie de cartucho que se inserta en la consola, removiendo previamente el que la consola ya trae incorporado. Vamos, que es sacar un cartucho y meter otro. Otros juegos aprovecharon luego esa expansión de memoria para mejorar sus texturas y otros detalles técnicos.

Expansion Pak Nintendo 64
Nintendo 64 Memory Expansion Pak

Donkey Kong 64 sigue de cerca el estilo de juego de Banjo-Kazooie y, para ingresar a nuevos niveles, no solo debes derrotar a los jefes, sino que también debes recolectar plátanos dorados, que obtendrás cuando resuelves ciertos acertijos o realizas tareas especiales. Una vez más, DK64 se parece mucho a Banjo-Kazooie, y es igual de divertido, a pesar de algunos jefes bastante difíciles, incluido el propio K. Rool. Aun así, la dificultad no es algo que debería sorprender en esta saga, ya que es uno de sus detalles destacados.

DK64 presenta a Donkey y Diddy Kong, junto con todos sus amigos (Funky, Cranky, Candy, etc.), pero el juego también presenta tres nuevas incorporaciones a la familia Kong: Tiny, Chunky y Lanky. Cada personaje tiene cinco plátanos de oro para recolectar en cada nivel, junto con 100 plátanos regulares cada uno, que sirven para alimentar a un cerdo muy hambriento que, cuando se le da suficiente alimento, te permitirá acceder a la guarida del jefe. Además, cada uno de los primates tiene que recolectar «Monedas de banana», que le das a tu viejo amigo Cranky (que no es otro que el Donkey Kong original, ya hecho un anciano), para aprender ciertos hechizos, además de desbloquear un clásico juego de Rare: JetPack.

Donkey Kong 64
Donkey Kong aburrido en su casa

¿Recuerdas a Enguarde y Rambi, el pez espada y el rinoceronte de los juegos de Donkey Kong Country? ¡Están de vuelta! Aunque no de la misma forma, ahora tienen sus propios minijuegos. Además, Squawks, el loro, también está en el juego, pero no por mucho. Está allí para hacer algunas apariciones esporádicas, como darle a Donkey Kong información valiosa sobre su progreso.

Probablemente una de las mejores adiciones en DK64 es el juego de arcade Donkey Kong original, y lo mejor es que debes completarlo si quieres pasarte el juego. Aquellos que no hayan jugado el juego original (no el título revisado de Game Boy que comentó Alfonso aquí arriba) se encontrarán con una aventura sorprendentemente difícil, y, si bien solo hay cuatro niveles, puede llevarte mucho tiempo completarlo.

Hay montones de minijuegos repartidos a lo largo del juego. Y, aunque muchos pueden causar frustración, la mayoría de ellos son divertidos, y casi todos son críticos para completar el juego.

Donkey Kong 64 es, a mi parecer, un excelente juego de plataformas y aventuras 3D, y un infaltable en la colección de Nintendo 64.

Donkey Kong 64
El temible Rey K. Rool

Después de la salida de Rare y su compra por parte de Microsoft, parecía que los juegos buenos de DK se habían terminado. La Wii no ayudó mucho al macaco, y aunque Donkey Kong Country Returns intentó devolver al famoso mono al podio que le corresponde, no supo encontrar la fórmula correcta para lograrlo. Afortunadamente, con la Wii U se abría una nueva oportunidad de revivir la saga, y luego de un tiempo de lazó finalmente Donkey Kong Country: Tropical Freeze.

Donkey Kong Country: Tropical Freeze

Donkey Kong Country: Tropical Freeze es la última e indiscutiblemente mejor versión de una gran franquicia. Pero a su vez tiene un problema de base y es que hace pocas concesiones a los atributos únicos de la Wii U: aunque puedes jugar en la pantalla del GamePad directamente, su sistema de control ignora la pantalla táctil. Tampoco, en su afán por llevar el clásico juego de plataformas de desplazamiento de izquierda a derecha a nuevas alturas, proporciona una razón irresistiblemente innovadora para los poseedores de la consola. No creo que haya importado mucho, puesto que finalmente todos esperábamos jugar un Donkey Kong Country clásico, pero es una muestra de que ni siquiera Nintendo supo bien qué hacer con su novedoso y tan desaprovechado GamePad.

El juego vuelve a sus raíces de la línea Country, dándonos un plataformas rápido, difícil, exuberante en sus detalles. Esta vez, Donkey Kong tiene tres compinches: Diddy Kong, Dixie Kong y el viejo Cranky Kong. Este último usa su bastón para darle un salto extra alto, mientras que Diddy y Dixie agregan una especie de planeo después del salto. Es decir, uno te permite saltar más alto, y los otros llegar más lejos.

Donkey Kong Country: Tropical Freeze
High five con Diddy

También se han añadido varios pequeños detalles muy agradables. Donkey Kong, por ejemplo, puede levantar manijas, revelar potenciadores o incluso remodelar el escenario. Cuanto más tiempo sobrevivas con un compañero en tu espalda, más construirás un medidor que te permita desatar un ataque de Kong Pow, que matará a todos los enemigos en la pantalla. A menudo te encuentras con una secuencia o matriz de plátanos; si los recoges todos lo suficientemente rápido, obtendrás una recompensa de algún tipo (por lo general, una pieza de rompecabezas o un token).

Casi todos los niveles tienen toques divertidos, especialmente en cuanto a los personajes, los cuales son bastantes, variados y con mucha personalidad. Aunque lo más destacado son los jefes, los cuales son realmente magníficos: las batallas contra jefes son desafiantes maratones de varias etapas, en las cuales la dificultad va en aumento, los movimientos de los jefes van cambiando, y llega un momento que te preguntas «¿cuándo terminará?». Te llevará varios reintentos y memorizar los distintos ataques del enemigo hasta que puedas derrotarlo.

Donkey Kong Country: Tropical Freeze
Este tipo de nivel en «sombras», que ya habíamos visto en SNES, regresa en Tropical Freeze

Tropical Freeze tiene también un modo cooperativo para dos jugadores que permite a otra persona (usando un mando de Wii) jugar como tu compañero, y si bien puede añadir diversión en compañía, en mi opinión le ha faltado bastante por pulir, ya que con la endiablada dificultad que tiene el juego en muchos momentos, lo último que quieres es un compañero estorbando.

El juego ofrece una gran cantidad de horas de diversión (y también de frustración por su elevada dificultad), una gran colección de niveles desbloqueables, y el hecho de que está repleto de coleccionables como reunir las letras Kong y las piezas de rompecabezas en cada nivel, te mantendrá ocupado durante un tiempo considerable.

Donkey Kong Country: Tropical Freeze

Por último, no quiero dejar de mencionar una aparición de esta franquicia en el nuevo juego de Mario para la Nintendo Switch. Super Mario Odyssey cuenta con un reino llamado New Donk City, y su alcaldesa es ni más ni menos que Pauline, la chica que Jumpman debía rescatar en el Donkey Kong Original. Es también la cantante de la nueva canción tan pegadiza de Super Mario Odyssey con la que se publicita el juego y de la cual dejo el video aquí debajo. La ciudad tiene una variedad de detalles en homenaje a la saga, como por ejemplo los nombres de las calles, que si los miras en los carteles en las esquinas verás que llevan nombres reconocibles como Cranky Av., Squawks St., o Diddy St. También verás grafitis en algunas paredes con motivo de la franquicia DK, publicidades en carteles animados donde sale la portada del juego original, e incluso una mezcla entre Super Mario Bros y Donkey Kong que es jugable y debes pasar para lograr una de las energilunas de ese nivel. Todo un detalle de parte de Nintendo, y particularmente mi zona favorita del juego.

Para terminar este especial 36 años de Donkey Kong os dejamos con un gracioso vídeo de Dorkly Bits donde explican de manera rápida y divertida el lavado de cara que sufrió el personaje cuando se actualizó en los 90 (en caso que no os salgan los subtítulos en español, podéis activarlos).

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