Género: Arcade
Compañía: Zen Studios
Lanzamiento: 11/07/2013
También disponible en: Live Arcade, PStore, Windows, Mac, iOS y Android.
Se queda como una estatua
se convierte en parte de la máquina
sintiendo todos los bumpers
siempre jugando limpio
juega por intuición
los contadores digitales caen
ese chico sordo, mudo y ciego
desde luego juega genial al pinball.
Hablar del pinball siempre me retrotrae a la ópera rock de The Who, aquel clásico atemporal llamado Tommy. La idea de un chico que se queda mudo, sordo y ciego, convirtiéndose posteriormente en un mesías y en todo un «mago del pinball» es tan llamativa como el propio fenómeno del juego. ¡Oh, el pinball! Ese pequeño gran desconocido para las nuevas generaciones pero que sentó cátedra en las formas del entretenimiento de hace varias décadas. Un bar sin pinball era un lugar insípido, anodino. Ahora, sin embargo, explicar las sensaciones que producía escuchar el sonido de la bola chocando con las paredes de la máquina o el tintineo resultante de cada colisión es una labor complicada entre tanta vorágine digital.
Existía una auténtica complicidad con los botones físicos y, sobre todo, los reflejos. Era toda una destreza utilizar correctamente los flippers para conseguir la mayor cantidad de puntos posible sin desperdiciar el turno, pues intentar que la bola no cayera era una tarea titánica a cada segundo que pasaba. El funcionamiento no variaba a pesar de las distintas máquinas que los fabricantes sacaban a la venta. El auténtico arte estaba en la personalización de cada mesa, la capacidad creativa que permitiera añadir elementos y una temática verdaderamente atractiva para los jugadores. Con el tiempo y su masificación aparecieron toda clase de productos y licencias audiovisuales convertidos en pinball con más o menos calidad, pero llamativos en cualquier caso.
Su pleno apogeo coincidió en la época en la que Star Wars pasaba de ser la locura de un director novel (aunque ya había despuntado con American Graffitti) a conformar todo un imaginario colectivo. Es importante señalar este acontecimiento, pues la película de George Lucas representaba las esperanzas de unos jóvenes con un hambre inmenso de soñar y las desventuras de un universo dominado por la Fuerza era un escenario único e irrepetible para tal fin. En aquella escena no había espacio para el videojuego, a pesar de que títulos como Space Invaders, Pac-Man o Asteroids ya se alzaban como una amenaza existente. Quizás la ignorancia hacia este nuevo modelo de ocio fuera la causante de que tras alcanzar lo más alto, llegara el previsible ocaso. El pinball no pudo convivir durante mucho tiempo con los videojuegos y a pesar de los loables intentos de los fabricantes por reinventarse, no fue suficiente para cautivar el interés de unos adolescentes ya absortos frente a una pantalla.
El resto ya se sabe. La magia del pinball se intentó trasladar con más o menos acierto a los videojuegos intentando explorar nuevos horizontes que aunasen las virtudes del juego físico y el digital. De ahí surgió una infinidad de subproductos como el Pinball de Atari o Night Mission Pinball que consiguieron un relativo éxito trasladando el juego clásico a los hogares. Llegó a forjarse como un subgénero propio y franquicias como Mario Bros, Pokémon y Sonic también contaron con versiones similares. Sin embargo, la evolución tecnológica puso a prueba la caducidad del fenómeno y cayó en el olvido ante las nuevas propuestas que, sobre todo, proporcionaban los modelados tridimensionales.
Es cierto que han persistido de forma aislada algunos títulos capaces de rendir tributo al pinball original, pero sin lugar a dudas la compañía que ha logrado tal merecimiento es la francesa Zen Studios. Tras desarrollar juegos tan notables como Zen Pinball y Marvel Pinball, el año pasado lanzaron al mercado Star Wars Pinball, toda una declaración de intenciones con la que devolver a la actualidad todo aquello que hizo que tantos jóvenes quedaran prendados con la odisea espacial de George Lucas y con el pinball original.
La mejora tecnológica de las consolas actuales permite alcanzar un despliegue de elementos fantásticos que no puede mostrar, por motivos obvios, en una mesa de pinball corriente. En ese sentido, Star Wars Pinball respira unas ganas inmensas de utilizar las herramientas digitales al servicio del clásico juego de salón y un amor incondicional al género al que rinde culto. Ver cómo las distintas secciones de la mesa cobran vida a cada golpe de bola es una experiencia tan satisfactoria como plausible. Siempre ocurre algo en pantalla a pesar de que nuestro grado de interacción se limite al movimiento de las paletas. Disparos láser, explosiones, meteoritos que colisionan en las paredes de la máquina… incluso al lograr ciertos combos veremos modelados tridimensionales de personajes como Darth Vader o Luke Skywalker.
Es precisamente tanto frenetismo el que pueda en ocasiones hacernos perder la vista de la verdadera protagonista, la bola. A pesar de poder cambiar entre múltiples puntos de vista, los continuos efectos de luces y mensajes emergentes terminan resultando una distracción más que un acierto efectista. No faltan las opciones que permiten modificar cualquier elemento de la interfaz para así intentar subsanar este agravio, aunque terminaremos optando por la configuración por defecto en pos de las impresionantes vistas que nos ofrece aunque tengamos que sacrificar alguna que otra bola perdida.
Se agradece que Zen Studios se haya hecho con los derechos de la banda sonora original, y es que escuchar el tema principal de la película nada más iniciar el juego pone los pelos de punta. Además, los detalles para los fans más puristas no acaban aquí. No solo aparecen las melodías de John Williams, sino que también escucharemos las voces originales de Mark Hamill (Luke Skywalker) y James Earl Jones (Darth Vader), entre otros. De esta forma, es en los detalles en lo que Star Wars Pinball destaca con auténtica lucidez.
Manteniendo la faceta arcade del juego de salón, nuestro objetivo será batir nuestras propias marcas personales y medirnos con las puntuaciones de otros usuarios mediante marcadores online. La competitividad está presente gracias a los numerosos filtros para ordenar nuestra destreza, desde listas de amigos hasta averiguar quiénes son los mejores de nuestro país. Y aunque las funciones en línea acaban ahí, existe un modo cooperativo en la misma consola que emula al pinball original. Cuando la bola caiga, acabará nuestro turno y tendremos que ceder el mando a nuestro rival.
La versión de Wii U incorpora la función Off-TV para utilizar únicamente el GamePad. Este es el único aspecto en el que difiere respecto al resto de plataformas, pues incluso en los controles tan solo utilizaremos los botones L y R para manejar las paletas. No se trata de un defecto, pues el pinball se basa en este concepto, y lo cierto es que resulta coherente reservar la pantalla táctil para mostrar las puntuaciones y el rastro de la bola en secciones puntuales en las que desaparece de nuestra vista.
Zen Studios consolida con Star Wars Pinball su posición de auténtico mago del pinball. Todo un derroche de creatividad que da vida y fantasía a lo que sería imposible en un mueble físico. Una forma soberbia de encauzar el clásico pinball con una licencia como Star Wars como telón de fondo que encuentra en su diseño complejo e ingenioso su mayor virtud, elaborando una experiencia desafiante e imaginativa que se basa en los detalles. Es obvio que no se trata de un juego para todos los públicos por su arcaico planteamiento, pero todo aficionado al pinball puede dejarse caer en los brazos de Zen Studios sin miedo a caer al suelo.
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