Póster oficial de Inmaculada (Immaculate)

[HorrorScience] Inmaculada (2024)

Título
Inmaculada (Immaculate)
Año
2024
Director
Michael Mohan
Reparto principal
Sydney Sweeney Álvaro Morte Simona Tabasco
Guion
Andrew Lobel

El terror religioso ha sido un pilar del cine de horror desde sus inicios, ofreciéndonos joyas como El Exorcista o La Profecía. Sin embargo, por cada obra maestra, el género nos ha regalado decenas de intentos fallidos que no logran elevarse por encima de sus propios clichés. Lamentablemente, Inmaculada, dirigida por Michael Mohan y protagonizada por Sydney Sweeney, cae en esta última categoría.

Esto puede ser opuesto a lo que muchos otros críticos comunican, especialmente en redes sociales, donde se le dio bastante bombo a la película, glorificándola incluso como una de las mejores de 2024. Sin embargo quizás haya que reveer estas opiniones, comenzar a ser más críticos, o incluso ver cuáles son las otras películas del género de 2024 como para afirmar que esta es de las mejores. Bien podría serlo si todas las demás son mediocres, y eso no haría que esta fuese buena.

 

El pecado de la previsibilidad

La trama de Inmaculada nos presenta a Cecilia (Sweeney), una joven devota que acepta un puesto en un convento italiano. Como era de esperar, el lugar esconde oscuros secretos que pondrán a prueba la fe y la cordura de nuestra protagonista. Hasta aquí, nada que no hayamos visto antes. El problema radica en que el guion de Andrew Lobel parece contentarse con seguir el manual del terror religioso al pie de la letra, sin atreverse a innovar o subvertir las expectativas del espectador.

Actuaciones que no logran salvar las almas

Sydney Sweeney, conocida por sus papeles en series como Euphoria, hace un esfuerzo valiente por dar vida a Cecilia. Sin embargo, su interpretación oscila entre momentos de genuina tensión y otros de sobreactuación que rompen la inmersión. El resto del elenco, incluyendo a Álvaro Morte como el Padre Tedeschi, ofrece actuaciones que van de lo aceptable a lo olvidable, sin lograr elevar el material más allá de su mediocridad inherente.

La maldición de la falta de atmósfera

Uno de los elementos cruciales en cualquier película de terror es la atmósfera, y es aquí donde Inmaculada falla estrepitosamente. A pesar de contar con un escenario tan rico en posibilidades como un antiguo convento italiano, la película no logra crear esa sensación de opresión y malestar constante que debería ser el sello de una buena cinta de horror. Los intentos de construir tensión se ven socavados por un ritmo irregular y una dirección que parece más interesada en los sustos fáciles que en el terror psicológico.

Violencia gratuita: el falso ídolo del terror moderno

En un intento desesperado por compensar su falta de sustancia, Inmaculada recurre a la violencia gráfica y sangrienta. Sin embargo, estas escenas a menudo parecen gratuitas y desconectadas de la narrativa principal. La película nos presenta imágenes de personajes siendo brutalmente asesinados, golpeados y quemados, pero estas secuencias violentas no logran generar un verdadero horror psicológico, quedándose en mero espectáculo gore.

El purgatorio del desarrollo de personajes

Otro pecado capital de Inmaculada es su incapacidad para desarrollar personajes tridimensionales. Cecilia, a pesar de ser la protagonista, carece de la profundidad necesaria para que el público se identifique plenamente con su lucha. Los personajes secundarios, como las otras monjas del convento y los antagonistas, se quedan en arquetipos poco desarrollados, lo que dificulta que el espectador se involucre emocionalmente en sus destinos. Básicamente, no nos importa lo que le suceda a ninguno de ellos, y esto siempre afecta gravemente el resultado de una película.

Conclusión: Una experiencia poco inmaculada

En resumen, Inmaculada es una adición decepcionante al género del terror religioso. A pesar de contar con un concepto intrigante y un elenco talentoso, la película no logra superar sus deficiencias en términos de guion, desarrollo de personajes y construcción de atmósfera. Los fans del género encontrarán en Inmaculada una experiencia que, si bien no carece totalmente de méritos, está muy lejos de ser memorable o innovadora. Como recordatorio final, el verdadero terror no reside en la violencia gráfica o los sustos repentinos, sino en la capacidad de crear una atmósfera de inquietud sostenida y personajes con los que el público pueda identificarse. Inmaculada, lamentablemente, falla en ambos aspectos, quedándose en la superficie de lo que podría haber sido una exploración más profunda y perturbadora de la fe, el miedo y lo sobrenatural. En el altar del cine de terror, esta película no es más que una ofrenda olvidable.

Algunas curiosidades sobre Inmaculada

  • Sydney Sweeney audicionó para esta película en 2014 cuando tenía 17 años. Pero el proyecto nunca se materializó. Años más tarde, asumió el papel de productora y contactó al escritor, adquirió y revisó el guión, contrató a un director, encontró financistas y vendió la película a Neon.
  • En una entrevista con IMDb, Sydney reveló que sus abuelas aparecen en ambas escenas de la iglesia. Ella explicó: «En las dos escenas de la iglesia en las que camino con la vela por el pasillo, están en las dos primeras filas. Y luego, en la escena en la que me coronan y todos en la congregación cantan, ellas están parada en la primera fila junto a la Madre Superiora».
  • En la película se mencionan dos santos. Se dice que el convento fue construido sobre las catacumbas que albergan a San Esteban, y se nombra a Santa Elena como la persona que trajo la estaca de la cruz desde las tierras santas. San Esteban es considerado el primer mártir cristiano; Esteban, diácono designado por Pablo de los 12 apóstoles originales, fue apedreado hasta la muerte poco después de la resurrección de Cristo por blasfemia después de pronunciar un discurso condenando a las autoridades judías. Las reliquias de San Esteban fueron traídas y enterradas en Italia. Santa Elena era la madre del emperador Constantino I. Realizó una gira de peregrinación por las Tierras Santas para construir iglesias y recolectar reliquias sagradas alrededor del 326-7 d.C. Según la tradición cristiana, descubrió la «verdadera cruz» en la que Jesús fue crucificado durante esta peregrinación, junto con los clavos de la crucifixión y muchas otras reliquias.
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