Muchos han sido los asiduos a los juegos de PC que durante los últimos días han visto cómo el precio de algunos de los juegos de Steam aumentaba su precio, provocando las quejas de los usuarios que han colmado los canales oficiales que la compañía pone a su disposición para todo tipo de cuestiones.
Algunos de los ejemplos más claros que hemos encontrado son Rust, que aumenta de 13,99€ a 19,99€, Counter-Strike: Global Offensive, de 10,99€ a 13,99€, o Killing Floor 2 que aumenta sustancialmente su precio desde 19,99€ a los 26,99€.
Este tipo de subidas de precio no son típicas en Steam, y de hecho en esta ocasión tampoco ha sido responsabilidad de la empresa de Gabe Newell, si no de una ordenanza que la Comisión Europea presentó en agosto de 2015, y que acaba de entrar en vigor acabando así con las «dos Europas» de la tienda virtual de juegos.
Dave Clark, ejecutivo de un estudio indie ya declaró el pasado mes de agosto en una entrevista con la web The Escapist que «Explicarle a los usuarios que los costes de un videojuego digital sean diferentes en función de estar en un país o en otro es ya imposible. No es algo justificable».
A todos nos molesta que el coste de los videojuegos varíe en función del país en el que nos encontremos. Más si cabe, en el caso de juegos digitales como los que ofrece Steam, por lo que esta medida, pese a que en esta ocasión le toque a algunos países hacer más esfuerzo que a otros a la hora de pagar, parece razonable.
