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Alfonso Coronado

Hablemos de sueños

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Pues eso, ¿quién no ha tenido sueños raros alguna vez? Mola contarlos, y más aún dejarlos por escrito, para así­ tenerlos ahí­ y no olvidarlos. Pues bien, este es el lugar.
 
Yo no soy de los que se acuerdan demasiado (la gran mayorí­a se me olvidan ya que suelen ser muy incoherentes), pero hoy he tenido un sueño muy raro. Casi inquietante. Pero como no tiene mucha historia que contar, lo dejaré para más adelante y pondré otro que tuve hace un tiempo, y que puedo poner con cierto detalle gracias a que lo dejé por escrito en el hilo "hermano" de este, en el foro ese con el que os spamee en su dí­a. Aquí­ lo copypasteo.

Se desarrolló en el interior de un autocar con una estructura un poco extraña (parecí­a más el interior de un tren que otra cosa, quizás evocando el recuerdo de cuando fui a un baño de un cercaní­as que resultó estar estropeado). No sabí­a a dónde viajaba. Quizás al pueblo, puesto que pronto tocará ir, y el paisaje era un pinar de esos mediterráneos y accidentado, así­ que tiene sentido.

El caso es que el conductor empezó a conducir de forma extraña, haciendo eses, y de repente realiza una vuelta de campana que parecí­a no terminar nunca. Yo lejos de estar asustado, parecí­a que me lo tomaba con bastante naturalidad (de hecho, llegué a decir "bueno, hasta aquí­ hemos llegado" o algo así­ xDDD).

Después de un buen rato, al autocar cae de pie y tanto él como nosotros quedamos intactos, pero se precipito cuesta abajo sin control, viéndose al fondo un precipicio hacia el que nos dirigí­amos. Entonces, me levanté de mi asiento y fui a ver qué demonios le pasaba al conductor. Vi que habí­a estado todo este tiempo dormido y cuando vi su cara, tení­a unas ojeras que parecí­a que hubiera luchado en un torneo de boxeo.

"Maldita explotación laboral", pensé, y acto seguido aparté al conductor del asiento y tras preguntar si alguien sabí­a conducir el autobús y ver que nadie se animaba, pisé el freno y logré detener el vehí­culo.

Creo que luego pasaron más cosas. El autobús se quedó ahí­ con el freno de mano, salimos todos y nos recibió una familia de granjeros. Pero esa parte es más confusa y no recuerdo mucho más.


En realidad, mis sueños son en su inmensa mayorí­a neutros. Aunque algunos tienen cierta tensión como este, la sangre no suele llegar al rí­o. No son de esos en los que te levantas con sudores frí­os y aterrado. La única vez, que recuerde, ocurrió en mi infancia, cuando soñé que iba por el pasaje comercial de mi cuidad y los maniquí­es cobraban vida, rompí­an el cristal y me perseguí­an. Por alguna razón, eso me dio bastante miedo xD Luego están esos donde sueño y realidad se confunden, como cuando me pareció que una mano esquelética me agarraba de la pierna y cuando recobré la consciencia estaba agitando la pierna cual poseso xD

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Vaya el del bus xDD.

Yo he tenido sueños que pasan desde conocer a los Jonas Brothers hasta unos payasos asesinos con pistolas xDD.

Mis sueños normalmente son lucidos y recuerdo que en el primero que tuve (provocado) lo primero que hice fue intentar volar, aunque me parece que no pudé xDD.

Y sobre los que son de sudores y miedo he tenido pocos, aunque los que he tenido han sido fuertes hasta con los ojos rojos...

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Alf, después de haber visto tanto cine de horror te dirí­a que confiarte de los lugareños campesinos esos que aparecieron no es una buena idea. Lo más probable es que terminen siendo la cena de esos campesinos, toda su familia y sus amigos.

 

Hace bastante que no tengo un sueño largo y que recuerde por largo tiempo, pero sí­ que he tenido unos extraños. Es más, hay dos que están en el lí­mite entre sueño y experiencia sobrenatural. Los comentaré todos aquí­ a ver qué opina cada uno.

 

El primero:

 

Estoy dentro de casa. No es mi casa, la de verdad, donde vivo. Pero en el sueño sí­ lo es. Es de noche, está oscuro ya que las luces están apagadas, pero aún así­ veo las siluetas de los muebles y cosas en la habitación ya que hay un gran ventanal, completamente de vidrio sin divisiones, por el que se filtra la luz azulada de una noche de luna llena. Hay un silencio casi completo, sólo interrumpido por el susurro del viento en el exterior. Por la ventana se ve que el paisaje tiene bastante vegetación.

 

Por alguna razón estoy inquieto, despierto y mirando de reojo con nerviosismo a la ventana. En cierto momento siento la presencia de alguien que se acerca a la ventana, desde afuera; una vieja que me desagrada y me asusta. Y me doy cuenta de que estoy encerrado en esa habitación, y que la ventana es demasiado grande y no tengo donde ocultarme sin quedar igualmente a la vista de esa vieja.

 

De pronto, se me ocurre una idea: el único lugar en el que podrí­a ocultarme de su vista es justamente pegado a la ventana. Si me acuesto en el piso, y me pego bien contra la pared debajo de la ventana, quedo completamente fuera de la perspectiva de cualquiera que mire desde afuera, excepto si se pega lo suficiente a la ventana como para notar que yo estoy debajo.

 

Corro hacia la ventana y me arrojo al suelo rápidamente, pegándome lo más posible a la pared, y rezando en mi interior (una forma de decir, ya que no soy religioso ni sé rezar) que por favor, por favor, por favor la vieja no me vea. Y mientras permanezco allí­, sin respirar para no emitir sonido alguno y sin siquiera pestañear, la vieja de pronto se asoma, como flotando, por encima del marco de la ventana, como si el vidrio no existiese y, cómo no, mira hacia abajo y me ve. Sonrí­e, y sus ojos son enormes, están bien abiertos y es la cara misma de la demencia, y de ser feliz por su demencia. Y mil pensamientos horribles pasan por mi cabeza, mientras la vieja se acerca, y no puedo apartar la vista de sus ojos ni de su horrenda media sonrisa.

 

---

 

Ese sueño fue tan ví­vido que lo recuerdo al dí­a de hoy en todo detalle. Un espanto. El siguiente puede describirse también como fenómeno sobrenatural si se quiere, que es la parálisis del sueño. Para mi es un simple sueño.

 

El segundo:

 

Todo comienza con un enorme ¡BOOOOOOOOM! y me despierto. Sí­, me despierto en el sueño, en mi propia cama, aturdido por la explosión. Para mi sorpresa, no puedo moverme. Lo horrible del asunto es comprobar que no puedo mover ni un dedo, nada. Y no solo eso: tampoco siento nada. Ni siquiera oigo. íšnicamente puedo ver, pero mi mirada está fija en un punto, no puedo mover los ojos tampoco, solo ver hacia ese punto fijo.

 

Estoy despierto, pero completamente inmóvil e insensible a cualquier cosa del mundo que me rodea e incluso a mi propio cuerpo. Luego de unos segundos que se hacen gigantes, y al ver que continúo así­, mi cerebro comienza con sus conjeturas. La primera es que estoy soñando y nada más. Ese pensamiento da paso a otro, inquietante, en el que creo que la explosión ha sido una bomba o algo que ha estallado muy cerca de casa, y que en realidad he muerto, pero todo ha sido tan sorpresivo que mi mente aún no reacciona a esa nueva realidad, y el último estí­mulo que ha recibido mi cuerpo ha sido el sonido de la explosión. Más tarde, aún inmóvil, creo haber encontrado la respuesta correcta: la explosión fue el sonido interno de mi propio corazón reventándose en un infarto descomunal. Y allí­, tendido sobre la cama, en realidad estoy muerto y por eso no puedo moverme, por eso mis sentidos están apagados, por eso no puedo apartar la vista. Y me quedo allí­, esperando que en algún momento el mundo se ponga borroso y finalmente se apague o algo. Finalmente, despierto nuevamente. Y estoy en el mismo lugar y en la misma posición que en el sueño, y tras unos segundos de duda, me muevo y salgo de la cama.

 

Ese dí­a fui a trabajar, pero en todo el tiempo desde que me levanté, me preparé, y fui de viaje al trabajo, estuve con una ligera duda de si lo que estaba viviendo era real o no.

 

---

 

El tercero podrí­a definirse como parálisis del sueño y hasta visitante nocturno incluido. ¿Un súcubo tal vez? No sé. Insisto, para mi fue solo un sueño, pero las otras opciones también son válidas para quien crea en ellas.

 

El tercero:

 

Cuando era niño, durante unos años viví­ en casa de mis abuelos. Dormí­a en una cama de 1 plaza que estaba ubicada en el comedor de la casa, que era muy amplio. Algunas veces se quedaba algún pariente a dormir, y por ejemplo si eran mis primos dormí­an en un colchón que tirábamos en el piso al lado del mí­o. En cambio, si era un adulto quien se quedaba, por ejemplo mi tí­o, era yo el que iba a parar al colchón en el piso y el adulto en mi cama. Cuestión de jerarquí­as supongo, aunque en esas épocas nunca me pregunté el porqué ni me importaba tampoco.

 

Yendo al tema, aquí­ hay algo confuso y es que realmente no recuerdo dónde ubiqué el colchón al dormir. Lo lógico era ponerlo al lado de la cama, que es lo que se hací­a siempre, pero lo confuso viene porque lo único que recuerdo es de cuando desperté (o cuando estaba soñando aún, no es claro) y estaba en otro lugar del comedor, al otro lado, algo que no tiene mucha lógica pero es lo que pasó.

 

El asunto es así­: Estarí­a durmiendo plácidamente, supongo, hasta que de pronto desperté sintiendo una presión en el pecho. Sentí­a el peso de una persona encima de mi pecho, y cuando abrí­ los ojos es que tuve esta extraña experiencia. Estaba inmóvil y asustado, y sentada encima mí­o habí­a una mujer, de unos 20 años o así­, que a mi me resultaba muy adulta ya que yo tendrí­a unos 6 años en ese momento. Era una mujer muy hermosa y de cabellos rubios y largos, vestida con ropa muy moderna. Y lo raro del asunto es que estaba sentada poniendo su peso encima de mi pecho, y yo querí­a zafarme pero no habí­a forma de poder moverme, y ella era completamente consciente de lo que estaba haciendo y se divertí­a con eso, me miraba y sonreí­a e incluso levantó la cabeza un par de veces para reí­r en carcajadas, pero eran carcajadas sin sonido. Un par de veces miró hacia un lado, como si allí­ hubiera alguien más compartiendo su "travesura". Porque su reacción era esa, la de alguien haciendo una travesura. ¿Habrí­a alguien más encima de mi tí­o? Vaya uno a saber, yo ni miré si no podí­a moverme. Lo único que pude hacer es intentar gritar, y la desesperación fue en aumento al ver que podí­a hacer el gesto y el esfuerzo de gritar, pero el sonido que salí­a de mi garganta era mí­nimo. Lo intenté varias veces hasta que por fin salió un poco más fuerte, y todo desapareció y desperté (¿o es que siempre estuve despierto?). Lo extraño de la ubicación de mi colchón es que en el sueño, con la mujer encima, estaba al otro lado del comedor, no en el lugar de siempre, y desde allí­ pude ver a la mujer justamente porque ese lado daba a un pasillo largo de suelo con baldosas verdes que se iluminaban bastante por la noche con la luz que entraba por una ventana pequeña que estaba en la puerta que daba a la calle. Además, del lado en que estaba también habí­a una puerta que daba a un patio interior, cuyo techo era de vidrios de colores y entraba bastante luz. Me pareció muy raro estar allí­, en lugar de al lado de la cama. Pero cuando "desperté", seguí­a allí­, en ese lugar del comedor :-/

 

---

 

De pequeño, en la misma época del sueño anterior, tení­a un amigo que viví­a en la misma manzana que yo, a la vuelta de la esquina. Este chico era muy travieso pero me divertí­a bastante con él. Cuando iba a su casa habí­a un solo problema: su madre. ¿Era mala? No, para nada. Pero estaba LOCA. La pobre señora tení­a alguna enfermedad que yo desconocí­a, y las pocas veces que me la cruzaba al ir a su casa a jugar ella estaba en camisón largo, de un color rosado apagado, y me saludaba y sonreí­a, pero algo raro habí­a en su mirada y a mi me asustaba aunque no se lo demostraba y también sonreí­a. De niño siempre fui respetuoso y sabí­a que a la gente con enfermedades o problemas graves habí­a que tratarlas con amabilidad y solidaridad. Pero eso no quitaba que me asustase, más que nada por lo desconocido, por no saber cómo podrí­a reaccionar, y ella era un adulto, más grande y más fuerte que yo.

 

El asunto es que cierto año me mudé con mis padres a una nueva casa, que estaba a alrededor de 8 calles de la casa de mis abuelos (lo que siendo niño me parecí­a muy lejos, toda una aventura si tení­a que ir caminando), y de la nada vino el hermano mayor de mi amigo a hablar con mis padres, y trajo a mi amigo en coche. Luego el muchacho se fue y mi amigo se quedó a pasar la tarde conmigo. ¿Qué habí­a pasado? Mi amigo me lo contó: por la noche, escuchó un sonido extraño en la habitación de sus padres. Un golpe sordo y un crujido, como algo que se cae y se rompe. Habí­a sido su madre, cayendo de la cama en un ataque de algo, y murió allí­. Me causó bastante impresión ese relato, y más al estar relacionado con una persona que me asustaba.

 

¿Por qué conté todo eso? Allá vamos.

 

Tiempo más adelante, no sé cuánto, me quedé a dormir en casa de mis abuelos. En la misma cama en el comedor donde dormí­a cuando viví­ allí­. Mis abuelos solí­an hacer estas cosas de viejo de levantarse a las 5 de la mañana, y yo a veces entre sueños escuchaba sus conversaciones hasta despertar del todo cuando llegaba la hora de levantarme para ir a la escuela. Los fines de semana en cambio ellos muchas veces me levantaban y me llevaban a su cama, que era más grande y estaba en su habitación, y así­ podí­a seguir durmiendo tranquilo, sin oí­s sus conversaciones en el comedor ni tener la luz encendida, total no tení­a que despertar temprano ya que no tení­a que ir a la escuela. Bueno, esa vez que me quedé a dormir parece que no tení­a que ir a la escuela porque de pronto pasé de mi cama a la de mis abuelos y seguí­ durmiendo allí­.

 

Al despertar, ya avanzada la mañana porque entraba la luz del sol por la ventana, se produjo este sueño-alucinación-aparición o qué se yo, que fue una de las experiencias que más me asustó en la vida. Por una razón desconocida, mi cabeza estaba apoyada directamente en el colchón. No tení­a almohada (que luego descubrí­ que estaba en el piso) lo que provocó que mi cabeza estuviera en un ángulo plano, y mirando hacia arriba. Y lo aterrador fue esto: Podí­a ver la cabecera de la cama, de madera, que estaba contra la pared de la habitación, y en el pequeño espacio de medio centí­metro que habí­a entre la cabecera y la pared se filtraba, como aplastado, el cuerpo de la madre de mi amigo. Salí­a de allí­, como si no tuviese piernas, y desde la panza hacia arriba se iba ensanchando hasta tener la proporción normal. Y estaba inclinada hacia adelante, y con la cabeza mirando hacia abajo, directamente mirándome a mi. Y tení­a ese feo camisón puesto, y su sonrisa extraña.

 

Fue encontrar mi mirada con la suya y taparme con el acolchado hasta la cabeza, temblando de terror, con el corazón latiéndome a mil y bien consciente de que estaba despierto, y pedirle a quien sea que por favor eso no exista, que no esté allí­.

 

No sé cuánto tiempo pasó, pero cuando tuve la valentí­a de descubrirme la cabeza y volver a mirar, ya no habí­a nada raro ni nadie.

 

---

 

Uno más, y me salgo de estas cosas de miedo que conté.

 

Una vez parece que muy tarde en la noche me estarí­a meando, y el cuerpo en lugar de mandarme alguna señal para que me despertase, como suele pasar cuando uno tiene la vejiga llena y terminas despertando porque la sensación de molestia interrumpe tu sueño, no tuvo mejor idea que crear una fantasí­a en un sueño para ver si la molestia se iba.

 

En esa fantasí­a yo iba caminando por un lugar muy blanco y pací­fico, y estaba muy contento hasta que vi un inodoro (que no sé cómo le dirán en España, el váter, el excusado, el lugar donde te sientas para cagar). Cuando lo vi, me puse aún más contento, y no tuve mejor idea que abrir mis brazos y, como si fuera una peli dr Ghibli, de pronto comencé a volar, como si fuera un avión o algo, y me posé suavemente, aún en esa posición, muy recto y con los brazos abiertos, en forma horizontal sobre el inodoro, con la polla dentro del agujero. Con una sonrisa enorme, empecé a descargar el meo allí­, y se sentí­a maravilloso. Ahí­ mismo desperté, dándome cuenta de que se me estaba escapando un chorro de meo en la cama XDDDD

 

Otro de bonus:

 

Si me duermo muy profundo, es posible que si intentas despertarme me despierte a medias, y puedes hacerme preguntas las cuales te contestaré perfectamente, o puedes avisarme que te vas y vuelves a tal hora y te contestaré que muy bien, nos vemos. Pero cuando despierte de verdad no recordaré nada de eso, ni las preguntas que me has hecho y a las que respondí­, ni tampoco sabré por qué no estás, a dónde fuiste o a qué hora vuelves XD

 

Hace años que ya no me pasa eso, pero hubo una vez donde mi novia me quiso despertar para decirme no se qué, y cuando se dio cuenta de que yo estaba en ese estado, me preguntó algo y mi reacción de pronto fue querer venderle algo. En esa época yo trabajaba como vendedor de electrodomésticos especializado en informática en Carrefour. Lo recuerdo porque mi mente consciente parece que empezó a despertar y a querer tomar control de la situación, pero hasta que pudo hacerlo pude oí­r lo que yo mismo estaba diciendo y fue muy LOL. Le dije que traí­a Windows XP, que era muy potente y tal, y luego le dije "¡Oh! Y mira, tengo un tornado en el brazo izquierdo", y al oí­rme a mí­ mismo decir eso, me desperté del todo y dije "¡¿Qué?!" en plan what the fuck! sorprendido por lo que yo mismo dije, y mirándome el brazo, pero era el derecho encima jajajaja

 

Y eso es todo. Estuve dí­as escribiendo esto de a tramos, ¡ya por fin terminé!

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Llevo unos dí­as durmiendo bastante mal y ayer ha sido de locos lo que me ha pasado porque al menos no me habí­a sucedido nunca nada parecido.

 

Yo no soy de tener sueños de estos que cuando te despiertas no sabes si lo que has soñado era real o no, de hecho el último que recuerdo fue hace muchos años cuando se me metió en la cabeza que tal dí­a í­bamos a ir de viaje e hice la maleta y todo pero resultó que lo habí­a soñado y me enfadé mucho con mis padres.

 

El caso es que ayer soñé lo siguiente: yo estaba tan tranquilo pasando un dí­a normal, terminé de cenar, vi un rato la tele y me fui a la habitación a mirar algún directo de Twitcht o algún anime hasta que me entrara el sueño. Cuando por fin me metí­ en la cama y me estaba quedando dormido me entraron ganas de mear así­ que me puse una bata (porque en mi casa hace bastante frí­o) y fui al baño. Cuando entré noté que habí­a algo raro: tenemos una alfombrilla de esas para poner en la bañera y no resbalarte cuando entras con las ventosas de color rosa, pero la que allí­ habí­a era de un color naranja muy fuerte que casi me hací­a daño. Me quedé un rato mirando pero no le di demasiada importancia y volví­ a la cama.

Cuando amaneció entré al baño a lavarme la cara y lo primero que vi es que la alfombrilla estaba en la misma posición (encima del bidet para que se seque por la noche si alguien se ha duchado antes) pero esta vez volvió al color rosa que tení­a antes. Ahí­ debí­ entrar como en shock porque escuché como un ruido de puerta que se abrí­a y PUM, desperté. Al segundo me encontraba otra vez en la cama escuchando que desde la puerta mi madre me decí­a que me levantara ya porque tení­a que ir a la academia.

 

Entonces me levanté, me vestí­ y al entrar en el cuarto de baño ahí­ estaba, otra vez la alfombrilla de color naranja. Ya empezó a mosquearme el asunto y cuando decidí­ coger la alfombrilla para ver si era la misma o qué, simplemente no podí­a y por más que quisiera no conseguí­a estirar el brazo para coger la maldita alfombrilla. Aquí­ no recuerdo muy bien si pasó algo más pero cuando me dirigí­ a las escaleras para bajar a la planta de abajo y desayunar, antes de tomar el primer escalón... me volví­ a despertar escuchando a mi madre abriendo la puerta para decirme que me levantara ya por si tení­a que hacer algo porque ella se iba.

 

Lo primero que hice fue ir al baño a comprobar que la alfombrilla estaba en el sitio que debí­a estar y que era del color que debí­a ser.

 

Así­ que esa es la historia, es la primera vez que tengo un sueño en bucle y además tan raro porque sueños repetidos he tenido muchas veces e incluso de darme cuenta que estoy soñando y "dirigir" de alguna manera el sueño pero algo tan loco nunca.

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Lo de "dirigir" el sueño lo he hecho más de una vez, es raro pero divertido. Esto en cambio de un sueño en bucle no me ha pasado, y vaya que es interesante. En estos casos siempre me pregunto hasta dónde llega el lí­mite entre lo que uno cree que está pasando en un sueño o en la realidad. Porque cada una de esas veces, tú creí­as que estabas despierto, hasta que cierto tiempo más tarde despertabas nuevamente, y el despertar nuevamente invalida mediante tu razonamiento la "realidad" anterior. Entonces, ¿cuándo consideras que ya estás despierto del todo? ¿Cuando han pasado más de 5 minutos? ¿10? ¿Un dí­a? ¿Y por qué fue tan real todas las otras veces?

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Pues unos de mis sueños mas extraños y realistas fueron que yo estaba jugando con unos amigos, a la botellita entonces, me retaron a besar a una de mis amigas que estaban en el circulo, y yo sin chistar lo hice, luego cuando al girar la botella le apunto a un zombie que estaba cerca, entonces todos empezamos a correr yo corri por toda una calle super angosta y al lado de esa calle habia como una montaña con muchos caballos y gente tratando de retenerlos, luego uno de los caballos se escapo como un demonio a perseguirme a mi yo me escondí­ en el monte que estaba por allí­ y me tape la boca, para que no me escuchara, entonces el caballo me empezó hablar y a decirme que si no despertaba del sueño, morirí­a como el, me dijo que tratara de cooperar o morí¬a o salí¬a para que el caballo me matara lo que hice fue no se como, pero salio la misma muchacha que habí­a besado estaba a mi lado, la volví­ a besar y cuando voltee ya no estaba el caballo si no una serpiente que salto y me mordio en cuello y de allí­ me desperté y dure toda esa mañana con dolor de cuello.

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Igual querí­a hacer puntillismo45 con sus garras en tu cuerpo.

 

¡Oye, qué buena idea! Tengo 6 gatos. Los puedo hacer caminar sobre pintura de distintos colores y luego que caminen sobre un lienzo en blanco, y puedo vender las obras de arte en este foro, junto a las de Cacho.

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