Por el momento que estoy viviendo quizás esta sea la época en la que más estoy leyendo de toda mi vida. De hecho, básicamente mis días se resumen en leer e ir a la universidad. Por la mañana, al mediodía y a la noche. Todo lo que pasa por mis manos lo leo e intento a partir de ahí buscar otras lecturas a las que se hace referencia y me interesan.
Me encanta el existencialismo y la sensibilidad con la que los autores japoneses escriben sus obras. No importa el argumento, no importa el contexto; solo los personajes y su mundo interior. He seguido indagando en esta literatura y todas las grandes novelas japonesas guardan unas características muy similares. Se mueven con gran elegancia entre lo sombrío, la tristeza, la nostalgia... están cargados de una angustia existencial.
Tras Murakami, que quizás sea la entrada que hacemos todos al mundo literario oriental, empecé hace unos meses como puse por aquí con Kenzaburo Oé (el segundo japonés en ganar el Premio Nobel, por cierto) y luego con una novela corta de Yukio Mishima. El gran descubrimiento, sin embargo, fue estas Navidades cuando me regalaron Kokoro de Natsume Soseki, considerada una de las novelas más influyentes de la literatura japonesa del siglo XX y la última obra completa que publicó Soseki antes de morir.
Narra una historia de amistad entre dos personajes sin nombre, un joven estudiante y un anciano. La forma en la que se explora la mentalidad japonesa y los sentimientos me enamora. La visión que Soseki tiene del amor, de la juventud, de la fidelidad, de la amistad... Hay un dolor tan humano en la forma en la que describe todo esto que me encandila (sí, será que me gusta sufrir un poco).
Me aterra comprobar cómo todos alguna vez nos hemos creído especiales o diferentes y de repente un señor 100 años antes ya describía con una fidelidad pasmosa los mismos sentimientos que todos hemos tenido. No solo el amor, el descubrimiento personal o este tipo de cosas, sino incluso detalles corrientes como puede ser la reacción de una familia cuando su hijo estudiante vuelve a casa por vacaciones y durante la primera semana lo agasajan con todo tipo de alimentos y atenciones, para terminar dejando de percibir su presencia como si fuera la de un invitado a lo largo de los días.
Así como anécdota, en los billetes de 1000 yenes que se usan en Japón, la cara que aparece es la del propio escritor al que decidieron darle un merecido homenaje a toda su producción literaria así:
También he estado leyendo El color prohibido, de Yukio Mishima. Es la tercera novela que leo de él tras El rumor del oleaje y Confesiones de una máscara. Lo curioso de Mishima es que era tan prolífico que escribió más de 100 libros en vida, así como artículos y notas en revistas, aunque la mayoría tiene poco valor literario. Esto se traduce en una obra tan extensa como irregular en calidad que difícilmente podría abarcar aunque quisiera (en español solo han traducido unas pocas, quizás las más importantes).
Se mueve entre los aspectos más oscuros de las pasiones humanas, aunque contrastado con un estilo delicado y contenido. Detalla de una forma casi dolorosa el desarrollo de la personalidad y el efecto devastador de las crueles paradojas de deseo y rechazo, de belleza y violencia. Es más, el primer japonés en ganar el Nobel, Yasunari Kawabata, dijo de él lo siguiente: "No comprendo cómo me han dado el premio Nobel a mí existiendo Mishima. Un genio literario como el suyo lo produce la humanidad sólo cada dos o tres siglos. Tiene un don casi milagroso para las palabras".
Mishima, en mi opinión, era un hombre cargado de contradicciones, lo que también se ve en sus obras. En un Japón que abandonaba sus raíces ante el cambio cultural provocado por la entrada de Estados Unidos en el país, él siguió fiel a la actitud de lealtad y compromiso samurái de antaño, y terminó muriendo de esa forma, tras provocar un golpe de estado fallido y prácticándose el seppuku (hara-kiri), convirtiéndose en todo un ejemplo de rebeldía y valentía entre los jóvenes japoneses.
Esa actitud conservadora sin embargo choca con su vida privada, en ocasiones machista, con una difícil relación con las mujeres, casándose con su esposa a pesar de ser homosexual. Que ya desde joven publicara una biografía en la que hablara de su infancia y de sus primeros gustos por el mismo sexo obviamente dividió a la sociedad japonesa ya que estaba mal visto entonces y aún ahora.
Dirigió y actuó en algunas películas, así como posaba como modelo en ocasiones. Un tipo bastante excéntrico como veis. En esta fotografía posa como el San Sebastián de Guido Reni, un cuadro que le tuvo obsesionado durante su infancia como cuenta en Confesiones de una máscara.
En El color prohíbido hay mucho del autor. Se trata de una obra en la que se aprende en cada par de páginas sobre la vida y sobre la mirada masculina y la femenina. Es una historia de perdedores y ganadores. De Shunsuké, un escritor que supera los 60 años muy prestigioso aunque en sus libros siempre ha huído de contar sus propios sentimientos, mujeriego y misógino; y de Yuichi, un joven que va a casarse. Shunsuké quiere vengarse de esas mujeres que durante toda su vida lo han traicionado, abandonado o humillado y para ello utiliza a Yuichi.
El argumento me da bastante igual, la verdad. Lo interesante es la forma en la que se despliegan los personajes con sus propias ambiciones, sueños y sentimientos contrariados.
Para cambiar un poco de este estilo japonés tan marcado, he empezado a leer La insoportable levedad del ser de Milan Kundera que tiene pinta de estar muy bien. Por lo pronto comienza la obra de una forma inmejorable, con una reflexión sobre el eterno retorno del que hablaba Nietzche y nuestro paso por el mundo. Ojalá no defraude.
Junto a la obra de Kundera, estoy leyendo el primer ensayo que existe sobre la belleza y el arte antiguo. Es el Tratado sobre lo bello en el arte, de Winckelmann, el primer crítico que propuso una interpretación del arte griego y la belleza. En él expone lo que desde un punto "racional" (o al menos de forma muy argumentada) es la belleza, la forma en la que la percibimos y la constante evolución de la misma. Me costó horrores encontrarlo, puesto que aquí en España debe estar descatalogado si es que alguna vez se llegó a editar, pero por suerte lo encontré escaneado en .pdf de la que debe ser una edición muy antigua.
Y bueno, ahora mismo estoy con esos, aunque alguna otra cosilla también cae de vez en cuando. Espero que mi tochopost sirva para que alguno se anime a compartir lo que está leyendo. Ya aviso de que en mi caso no estoy haciendo recomendaciones (aunque ahí las dejo por si a alguien puede interesarle), ya que son obras que indagan en aspectos muy concretos que solo satisfarán al que esté buscando eso. He puesto fotillos para que intentar que mi mensaje no se haga muy pesado...