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Título: The Giant Claw
Año: 1957
Duración: 75 minutos
Director: Fred F. Sears
Reparto: Jeff Morrow, Mara Corday, Morris Ankrum, Louis Merrill, Edgar Barrier, Robert Shaine
Guión: Paul Gangelin, Samuel Newman
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En el cine norteamericano de los años 50 y 60 se puede encontrar un elevadísimo número de películas que tocan temáticas relacionadas con extraterrestres y monstruos gigantes, hasta el punto que es una tarea titánica y casi inhumana ver todas y cada una de ellas.
Dentro de ese montón de películas, es inevitable que algunas sobresalgan y otras queden olvidadas, y en muchos casos la calidad no tiene nada que ver con el destino que aguarde a la película en sí, ya que para permanecer en el recuerdo basta con que la película se hiciese famosa a base de repeticiones en la televisión o sesiones de cine de la época, o que tenga algo que la diferencie del resto y permanezca en la memoria del espectador ya sea de forma casual o intencionada.
The Giant Claw es una de esas películas del montón que, sin embargo, se sigue recordando pese al paso del tiempo. ¿Por qué motivo? Ahora lo veremos.
Todo empieza cuando un piloto de avión llamado Mitch MacAfee dice haber visto una enorme sombra volando cerca suyo. Debido a que no hay constancia de eso en el radar y que esa sombra solo ha sido vista por nuestro protagonista, nadie se toma demasiado en serio esa alarma. Hasta que diversos aviones son destruidos misteriosamente, una vez más sin que el radar detectase ese objeto volador no identificado, algo incomprensible ya que al parecer es más grande que un acorazado.
Una vez comprendida la amenaza, pero sin saber qué es lo que destruye los aviones ni cómo detenerlo, nuestros protagonistas se ven atacados por el gigantesco ser y acaban salvando su vida milagrosamente con un aterrizaje de emergencia.
Tras el accidente, Mitch y su acompañante Sally son ayudados por un hombre que vive cerca de la zona del suceso. Poco más tarde, el lugareño les cuenta a nuestros protagonistas que ha visto al gigantesco ser alado, y que cree que es La Carcanya (un ser legendario que tiene cuerpo de mujer, cabeza de lobo y gigantescas alas). Será cerca de casa del lugareño donde se encuentre la primera evidencia del monstruo: una gigantesca huella de pájaro en mitad de la montaña.
Una vez de vuelta en la ciudad, la situación no ha mejorado. Siguen desapareciendo aviones, pero ahora ya saben quién es el responsable: un enorme pájaro que vuela en círculos y cuya trayectoria se dirige a Nueva York.
Esta enorme ave parece ser inmune a los ataques que recibe y no aparece en los radares, con lo cual (y en un ejercicio de deducción extremadamente extravagante) nuestros protagonistas llegan a la conclusión de que el gigantesco pájaro viene de otro planeta y posee algún tipo de escudo de antimateria que lo protege de los ataques y radares.
Así pues, si quieren vencer al enorme animal deben hacer algo que anule su escudo de antimateria, algún tipo de artefacto anti-antimateria, y deben hacerlo rápido, pues el animal ha decidido crear su nido en Nueva York.
Más o menos este es el resumen de la película. No parece nada del otro mundo, pero al principio del artículo mencioné que tenía algo que ha hecho que este film se recuerde pese al paso del tiempo. Y ese algo es el monstruo principal.
Como sabemos, es un pájaro, pero revisando el cartel de la película nos damos cuenta que no nos muestran al monstruo entero. ¿El motivo? Podéis comprobarlo en las fotos que pongo a continuación.
Giant Claw es uno de los monstruos más ridículos que he visto en mi vida. Parece una especie de buitre con una cresta Mohawk y ojos saltones que le dan un aspecto de marioneta destartalada. No sorprenderá a nadie si digo que el presupuesto de la película era tan escaso que decidieron ahorrar todo lo posible en efectos especiales, cosa que se demuestra al ver a la estrella de la película.
Es bastante curioso el aspecto ridículo del monstruo, porque el resto de la película tiene un tono muy sobrio y serio, con algunas interpretaciones muy aceptables, y de no ser así parecería que estamos ante una parodia del cine de monstruos y que todo está hecho a propósito con el fin de sacarnos una carcajada y reírse de los tópicos del género, pero lamentablemente no es así.
Algunos datos curiosos:
- Los actores de la película no sabían que aspecto tenía el monstruo, cosa que seguramente ayudó a la seriedad de sus interpretaciones.
- Cuando Jeff Morrow (protagonista de la película) vio la película por primera vez, abandonó el lugar donde se proyectaba al escuchar las carcajadas del público tras la aparición del monstruo.
- Con el fin de ahorrar dinero del escaso presupuesto, esta película posee bastantes escenas que provienen de otras películas, siendo muchas de ellas de La tierra contra los Platillos Volantes (Earth VS Flying Saucers) que casualmente es del mismo director que The Giant Claw y que se estrenó un año antes.
