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Nombre: Hellboy

Nombre real:
Anung Un Rama

Primera aparición:
San Diego Comic-Con comics #2 (1993)

Creador: Mike Mignola

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Imaginemos por un momento un mundo en el que duendes, elfos, trasgos, brujas, hechiceros, licántropos, vampiros y otros muertos vivientes, demonios y toda suerte de criaturas y espíritus malignos procedentes de mitos, leyendas, cuentos populares, obras literarias y demás productos de la febril imaginación humana existieran realmente. Estos acecharían a los humanos en la sombra, lo que no sólo supondría una amenaza puntual, sino, en el caso de los más poderosos, un auténtico peligro global. En una realidad así, no sería de extrañar que alguna potencia

despiadada tratase de utilizarlos para ganar guerras y alzarse sobre las demás naciones o, por el contrario, crear agencias especializadas en asuntos paranormales para conjurar dichas amenazas. Por contradictorio que parezca, incluso podría darse el caso de que alguna de esas criaturas fuese reclutada con el objetivo de emplear sus excepcionales habilidades para enfrentarse a sus pérfidos semejantes. Me estoy refiriendo a Hellboy, el personaje de la serie homónima de Mike Mignola.

Un demonio con capacidades sobrenaturales

Hellboy trabaja para la Agencia de Investigación y Defensa Paranormal (AIDP), pero reúne todos los rasgos arquetípicos asociados a los demonios: constitución recia, piel de un vivo color rojo, una perilla resaltada por una mandíbula prominente, rabo y pezuñas. Es decir, que su aspecto está en las antípodas de lo que podríamos esperar de uno de “los buenos”. Por el contrario, estamos ante un demonio de manual, o al menos así lo sería si no fuera por dos elementos que se apartan de lo habitual. Por un lado, desde el mismo momento de su “nacimiento” luce una gigantesca mano de piedra, correspondiente con la izquierda. De otro, se ha despojado de sus cuernos, una decisión adoptada de motu propio para tratar de alejarse de su naturaleza demoníaca, llegándoselos a arrancar sistemáticamente cuando, en determinados lances, le vuelven a crecer de manera súbita.

El "nacimiento" de Hellboy.
El «nacimiento» de Hellboy.

Su aspecto no es lo único que lo hace extraordinario. Sus capacidades físicas están fuera del alcance de cualquier ser humano. La fuerza y la resistencia de la que hace gala le permite enfrentarse con garantías a cualquier criatura, por muy grande y poderosa que sea, y su gran capacidad de regeneración hace que pueda recuperarse de heridas terribles en un corto espacio de tiempo. De hecho, a lo largo de la serie es golpeado, quemado, cortado, atravesado y aplastado sin mayores consecuencias. También es posible que algunos de los efectos sobrenaturales sean mitigados con los múltiples amuletos que dice llevar en sus bolsillos. Asimismo, maneja las armas con notable maestría, ya sea con su famosa gran pistola (cuya puntería hizo que la bruja Baba Yaga quedase tuerta, algo por lo que juró venganza), espadas y cuchillos o con cualquier objeto contundente convertido en un arma improvisada. No obstante, normalmente le bastará con sus propios puños, en especial con su gigantesca mano de piedra, que hará las veces de mazo o de escudo según la situación.

Cualquier ser humano sucumbiría ante semejantes heridas.
Cualquier ser humano sucumbiría ante semejantes heridas.

A ello hay que añadir su particular ritmo de envejecimiento. Su fulgurante crecimiento en sus primeros años de vida hizo que su infancia fuese corta en extremo. Tanto es así que con apenas dos años de vida (el tiempo transcurrido entre 1944 -la fecha en la que llegó al mundo- y 1947, cuando se desarrolla la historieta Tortitas) su aspecto era el de un preadolescente, pese a contar con apenas dos años de edad. Por el contrario, en 1954 (año en el que transcurre La naturaleza de la bestia), o lo que es lo mismo, siete años después de aquélla y a diez de su nacimiento, ya lucía una apariencia plenamente adulta, que permanecerá inmutable más de cincuenta años después (2009 es fecha en la que transcurre su última aventura hasta el momento).

En 1954 ya era un adulto hecho y derecho.
En 1954 ya era un adulto hecho y derecho.

Desafiando al destino

No le agradan los nazis.
No le agradan los nazis.

A todo lo anterior hay que sumarle las particulares condiciones de su “nacimiento”, que le perseguirán para siempre. El 23 de diciembre de 1944, tenía lugar en una isla de Escocia un ritual invocatorio oficiado por el mismísimo Rasputín. El famoso monje ruso, había vuelto de entre los muertos tras su célebre asesinato y, después de una serie de vicisitudes, puso sus poderes sobrenaturales al servicio del III Reich de Hitler, supuestamente para decantar la Segunda Mundial hacia su lado en un momento en que ésta avanzaba irremisiblemente hacia la derrota nazi. Fue en ese preciso instante cuando, en una iglesia de East Bromwich (Inglaterra), ante los ojos de un comando norteamericano que había sido traído al lugar por un grupo de expertos en materia paranormal encabezados por la médium Cynthia Eden-Jones, hizo acto de aparición un pequeño “chico” (boy) al que llamaron Hellboy. Cincuenta años después (en Semilla de destrucción), cuando el monje ruso se encontró con su “creación” (se refiere a sí mismo como su amo o incluso como su verdadero padre), le reveló que el verdadero destino de su existencia era el de ser el portador del Apocalipsis o Ragna Rok. Su misteriosa mano pétrea en realidad debería hacer de llave que liberará a Ogdru Jahad, la serpiente/dragón, “los siete que son uno” que se encuentran confinados en una prisión con forma de siete grandes megalitos para evitar la aniquilación de la vida en la Tierra. Según Rasputín, es el sino de Hellboy propiciar ese escenario. Aunque con otras motivaciones, también insistirán en esta idea otros importantes antagonistas como Hécate y Astaroth.

Rasputín puso al corriente a Hellboy de su supuesto destino.
Rasputín puso al corriente a Hellboy de su supuesto destino.

Hellboy y Bruttenholm.
Hellboy y Bruttenholm.

Lo cierto es que ese destino no es ineludible, sino que nuestro protagonista lo burlará en repetidas ocasiones en las que, de haber sucumbido, habría supuesto el fin de la raza humana. Como ya indiqué más arriba, Hellboy había tratado de forma consciente de dejar atrás su naturaleza demoníaca, hasta el punto de deshacerse de sus cuernos. Además de ciertos componentes innatos (cuando visitó de nuevo la iglesia, durante su aventura El ataúd encadenado, le fue revelado mediante apariciones del pasado que sangre humana corre por sus venas) sin duda su educación influyó mucho a la hora de forjar la bondad del personaje. Desde que hizo su aparición en el mundo de los mortales ha estado rodeado de personas. Durante sus primeros años vivió en la base de Nuevo México (razón por la cual, pese a haber nacido en Inglaterra, se considera estadounidense) bajo la supervisión de la Agencia de Investigación y Defensa Paranormal, quien se encargó de su cuidado y educación. En este proceso jugó un papel muy especial Trevor Bruttenholm, uno de los tres especialistas que acompañaron al ejército norteamericano durante ella llegada de Hellboy (de hecho fue él quien le puso ese nombre) y que se terminó convirtiendo en un padre para él. En 1952 la ONU le llegó a conceder el estatus de humano y ese mismo año comenzó a realizar misiones para la agencia. Por lo tanto, se considera más afín a la humanidad que a las criaturas a las que en teoría pertenece. Incluso llegó a tener un romance con una humana (y no, no con Liz).

Siempre se negará a cumplir con su misión destructora.
Siempre se negará a cumplir su misión destructora.

En lo personal, nuestro demoníaco protagonista se caracteriza por un carácter rudo, brusco y malhablado (su lenguaje está plagado de palabras y expresiones coloquiales y malsonantes), y en ocasiones algo distante, así como por su humor sarcástico. También puede ser irascible, llegando a perder el control en situaciones que le enfurecen de verdad, mostrando una faceta más salvaje, y en ocasiones inquietantemente cercana a sus infernales orígenes. En general, tiene maneras de “tipo duro”, aunque eso no va en contradicción con su citada bondad natural, no sólo por por combatir a bestias malignas y negarse a cumplir los mandatos de quienes buscan su complicidad para desencadenar el fin del mundo, sino por su predisposición para ayudar a quien lo necesite, así como por su intachable lealtad hacia sus compañeros de misión, como Abe Sapien (un hombre pez de alta inteligencia que empezó a trabajar para la agencia gracias al propio Hellboy), Liz Sherman (una chica con poderes piroquinéticos que en ocasiones penas puede controlar, y a quien prestó un apoyo inestimable en su lucha por superar su tragedia personal) y Kate Corrigan (humana normal y corriente, profesora de Historia de la Universidad de Nueva York, especializada en folclore), entre otros.


Hellboy fue un importante apoyo para Liz desde que era niña.
Hellboy fue un importante apoyo para Liz desde que era niña.

Conclusión y recomendaciones

Hellboy es un agente de la AIDP (Agencia de Investigación y Defensa Paranormal) al que le suelen encomendar las misiones más difíciles y peligrosas. Pese a haber nacido demonio, su cercanía, su vida en el mundo terrenal le ha hecho posicionarse a favor de la causa de los humanos, lo que le llevará a enfrentarse con multitud de criaturas sobrenaturales. Concebido como la una llave andante que liberará de su prisión a Odgru Jahad para desencadenar el fin del mundo, se verá obligado a rebelarse constantemente contra su destino.

Quien quiera seguir las aventuras de Hellboy en cómic lo tiene muy fácil, pues Norma Editorial edita sus aventuras (y también las de otros agentes de la AIDP en forma de spil-off homónimo) en todos los formatos posibles, ya sea en cartoné o rústica o incluso en ediciones integrales en formato novela gráfica.

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Semilla de destrucción.
Edición Integral #3
Edición Integral #3

Además de ello, existen dos películas de animación bajo el título de Hellboy Animado: La espada de las tormentas (2006) y Blood and Iron (Dioses y vampiros) (2007), ambas dirigidas por Tad Jones en colaboración Phil Weinsteiny Vixtor Cook para la primera y segunda película respectivamente. Pese a que debió atemperar su temática oscura y cruda de su equivalente en cómic con el fin de adaptarlo al público al que va dirigido, considero que cumple su función como introducción a las aventuras del demonio rojo. Además, la inclusión de alguna escena directamente sacada del cómic le aporta un plus.

Hellboy en las películas animadas.
Hellboy en las películas animadas.

Por último, mencionaré las dos películas de Guillermo del Toro: Hellboy (2004) y El ejército dorado (2008), con Ron Perlman en el papel de Hellboy . Habrá a quien le pueda entretener, pero en mi opinión son bastante mediocres, con clichés abundando por doquier, pero siendo especialmente sangrantes para mí el romance con Liz, el triángulo amoroso con el guaperas de turno, salvar a la chica, etc. En todo caso, como adaptación, ambas dejan mucho que desear. La historia de la primera varía enormemente en absolutamente todo tanto en planteamiento (quizás lo más “fiel”, pues se trata de detalles, aunque parece que la magia de rasputín no es suficiente e incorporan un trasto mecánico al puro estilo de las películas de superhéroes) como en nudo y desenlace. Sólo lo veo útil como medio para popularizar el universo Hellboy entre el gran público. En cuanto a la segunda, y pese a sus espectaculares efectos de los que hace gala, a nivel argumental cualquier parecido con el mismo es pura coincidencia.

Hellboy en el cine.
Hellboy en el cine.
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