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Título: The Dark Eyes of London
Año: 1939
Duración: 75 minutos
Director: Walter Summers
Reparto: Bela Lugosi, Hugh Williams, Greta Gynt, Edmon Ryan, Wilfred Walter, Alexander Field
Guión: Edwar Wallace (historia original) John Argyle, Patrick Kirwan, Walter Summers, Jan Van Lusil
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Durante los primeros segundos de Los ojos misteriosos de Londres vemos una mirada inquietante fundiéndose con el fondo, quizás los más despistados piensen que dicha imagen tiene que ver con el título de la película, aunque en realidad hay otro motivo para incluir esa escena independientemente del título, que por cierto fue cambiado en la versión estadounidense por The Human Monster.
El verdadero motivo de la aparición de esos ojos en los créditos iniciales tiene nombre y apellido: Bela Lugosi, quien convirtió su mirada una especie de firma visual que lo representa casi mejor que su propio nombre. Esa mirada sorprendió a muchos en el primer gran éxito de Lugosi (y de la Universal) en el cine, Drácula (1930) y continuó en los años siguientes con películas como White Zombie (1932) por lo tanto no es de extrañar que muchos años más tarde, y en películas que no rozaban la grandeza de esos citados éxitos, se continuase usando la mirada de Lugosi como reclamo, tenga o no que ver con la historia a contar.
Explicado esto, ya podemos continuar con la película, cuya primera escena nos muestra un cuerpo sin vida flotando en el Támesis. Al parecer es el quinto caso de persona ahogada en un corto periodo de tiempo, lo cual levanta sospechas por toda la ciudad y pone a los detectives de policía tras la pista de algún posible asesino.
Como apoyo a la investigación llegará un policía de Chicago para intentar aportar un punto de vista distinto (o volverse un recurso humorístico con sus tópicos americanos) y así facilitar la resolución del caso.
Durante las investigaciones, los policías terminan llegando al Dr. Orloff (Bela Lugosi) el cual tiene un pequeño negocio de seguros que parece estar relacionado con las víctimas, pues la mayoría de ellas tenían un seguro con él.
El Dr. Orloff, pese a su colaboración con la policía resulta algo sospechoso, e incluso intimidante, pero no es debido al guion, es debido a la actuación de Lugosi, que tras encarnar a tantos villanos cambia de cara afable y bondadosa a cara de asesino de una frase a otra.
Investigando un poco más, la policía descubre que Orloff es un hombre bondadoso que colabora con diversas obras de caridad, especialmente con un asilo para ciegos, donde hace la mayoría de donaciones y actos benéficos, según les cuenta el hombre que esta al cargo del asilo, el señor Dearbon.
Sin embargo, las sospechas que levanta su negocio de seguros siguen siendo firmes, especialmente cuando encuentran otra víctima ahogada que dejó su herencia a nombre del Dr. Orloff, además de haber encontrado en el bolsillo de una víctima un papel escrito en braille.
Revisando el asilo de ciegos y la oficina de Orloff siguen sin sacar nada en claro, pero todo cambia con la llegada de Diana (Greta Gynt), hija de última víctima aparecida. Debido a su amistad con el difunto padre de la chica, Orloff le conseguirá un empleo en el asilo de ciegos, lo cual alarma a los oficiales de policía. ¿Será Orloff el responsable de los crímenes? ¿Qué papel tiene el asilo de ciegos? ¿Podrá contener Lugosi sus ganas de actuar como si fuese Drácula?
Los ojos misteriosos de Londres es una película entretenida, que se mantiene con esfuerzo dentro del aprobado, pues posee algunas carencias generales muy destacables de entre las que destaca un limitado presupuesto, que el director logró solventar llenando de sombras y luces la película. Es un recurso algo cutre, pero creo que le da un ambiente siniestro, lo cual enlaza muy bien con algunos momentos, pues sus escenas pasan de ser dignas de un film policíaco del montón a parecer películas de terror clásicas de Universal Pictures.
Curiosidades:
- Esta película está basada en una novela de novela homónima del prolífico Edgar Wallace, publicada en 1924
- Esta fue la primera película británica que sufrió la clasificación de censura H (Horrific), establecida en 1937, debido a algunas escenas “crueles” de la película.
- Jess Franco llamó Orloff al protagonista de su película Gritos en la noche (1962) en honor al personaje de esta película.
