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Título: Troll Hunter
Año: 2010
Duración: 103 minutos
Director: André Øvredal
Reparto: Otto Jespersen, Robert Stoltenberg, Knut Nærum, Glenn Erland Tosterud, Johanna Mørck, Tomas Alf Larsen
Guión: André Øvredal
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De vez en cuando nos encontramos con una película de la que no sabemos nada, que no fue anunciada ni reseñada en los principales medios, que no fue estrenada en cines, y que ha tenido su lanzamiento directamente para el mercado casero en formato DVD.
Algunas de esas veces la razón es que son películas de bajo presupuesto, realizadas por estudios independientes, y que no han tenido grandes expectativas de recaudación. Otras veces es porque son producciones extranjeras (y no hollywoodenses) con una temática y/o estética que no se considera comercial para nuestro país. Y existe un tercer caso que es la mezcla de todo eso: bajo presupuesto, extranjera, y de estética y trama extraña. Troll Hunter queda catalogada en esa tercera variante.
Trolljegeren, que es su título original, es una película de origen noruego del año 2010, perteneciente al género mockumentary, conocido también como «falso documental» y del que ya he hablado en una ocasión anterior al reseñar la película Lake Mungo. 
Este es un género que ha tomado mucho protagonismo desde aquel experimento llamado Blair Witch Project y que tanto éxito logró tener, intentando convencernos de que lo que estamos viendo es una situación real filmada por ciudadanos corrientes a los cuales les van ocurriendo una determinada cantidad de cosas generalmente misteriosas o sobrenaturales.
En el caso de la película que nos ocupa, se nos informa al principio que el 13 de Octubre de 2008, la compañía cinematográfica noruega Filkameratene AS recibió un paquete sin remitente, que contenía 2 discos duros con 283 minutos de material grabado, y que ese material se muestra en este filme sin retoques y en orden cronológico. Luego nos dicen que durante más de un año los investigadores han tratado de determinar si esta filmación es real o es una broma. Y que finalmente concluyeron que es real.
Está claro que el género de falso documental siempre trata de ser lo más realista posible dentro de lo que cabe, teniendo en cuenta que ya de por sí los sucesos que van aconteciendo carecen de fundamentos científicos. Algunas producciones lo han logrado más que otras (nuevamente, Lake Mungo es un ejemplo de buen hacer), pero realmente creerse lo que estamos visionando no es requisito para disfrutarlo, al igual que tampoco es requisito creerse un cuento de hadas para que nos guste.
La cinta comienza con Thomas (Glenn Erland Tosterud), Johanna (Johanna Mørck) y Kalle (Tomas Alf Larsen); 3 estudiantes universitarios filmando mientras viajan en automóvil, en busca de entrevistar a un cazador de la zona para preguntarle acerca de las misteriosas muertes de osos que han estado ocurriendo. En Noruega la caza de osos está permitida y regulada por el Gobierno, y sólo pueden cazarlos aquellos que tengan permiso para hacerlo. Es por eso que varios cazadores de osos sospechan de Hans (Otto Jespersen) como responsable de la muerte de esos osos, ya que él no tiene permiso y sin embargo se lo han encontrado algunas veces en zonas de caza, además de que todas las noches se interna en el bosque y no vuelve a su caravana hasta que es de madrugada. Pronto veremos que Hans vive en una caravana bastante sucia, y conduce un Land Rover que tiene daños graves en la carrocería, como si fueran grandes cortes causados por unas garras enormes.
De los 3 protagonistas, Thomas es el encargado de realizar las entrevistas, mientras que Johanna se encarga del sonido y Kalle del video, así que Thomas también es quien se acerca a Hans haciéndole algunas preguntas y recibiendo una malhumorada respuesta de parte del cazador mientras se encierra en su caravana.
Más tarde el trío protagonista se dedica a seguir a Hans, y en una visita nocturna al bosque, el cazador descubre que lo han seguido mientras huye gritando «¡Troll!», a lo que los demás responden escapando del bosque lo más rápido posible, caída de cámara incluida y tropezones varios. Thomas queda rezagado durante la huída, y se lo escucha gritar de dolor. Segundos más tarde aparece, pero vemos que tiene una gran herida en la espalda, que él dice ha sido causada por el ataque de un oso. Hans acepta de mala gana al grupo, y desinfecta y venda la herida de Thomas. Luego decide llevarlos en su Rover hasta el auto de los estudiantes, pero al llegar ven que el mismo está volcado, destrozado en gran parte de la carrocería, le faltan las cuatro llantas, y está cubierto de una sustancia mucosa bastante desagradable.
Hans nombra a los trolls en un par de ocasiones, lo que provoca risa en los estudiantes, que no pueden creer que una persona mayor crea en esos seres mitológicos. A pesar de esto, el grupo intenta mantener la compostura, en especial al ver que el cazador se toma todo el asunto de los trolls muy seriamente.
Luego Hans lleva a los jóvenes en su vehículo, y durante el camino de vuelta les propone acompañarle la noche siguiente, para verlo matar a la cosa que atacó a Thomas, con la condición de que sigan sus órdenes al pie de la letra. Los estudiantes aceptan, y es de esta forma que comienzan a sucederse una una serie de encuentros con diferentes criaturas, a cada cual más asombrosa que la anterior. Y es que este cazador en realidad es un empleado del gobierno noruego, encargado junto a una veterinaria de estudiar a los trolls y de matar a los que se acerquen a la población en un intento de ocultar la existencia de estos seres a la población de Noruega y de todo el mundo.
Y uso el término «asombrosa» en vez de «terrorífica» al referirme a estas criaturas mitológicas por una razón: el apartado técnico y el diseño de los trolls que aparecen en esta cinta es destacable, y más si tenemos en cuenta que estamos ante una producción noruega de relativamente bajo presupuesto. Cada troll que iremos viendo aparecer en esta película tiene un diseño único y está muy bien realizado, encontrando el punto justo entre el diseño clásico de estas criaturas con uno más realista y creíble. Además de no usar el ya clásico recurso de hacer aparecer en cámara a una criatura sobrenatural muy brevemente y fuera de foco, André Øvredal opta por hacer lo contrario, y nos muestra a estas criaturas el tiempo suficiente como para verlas claramente y sentir que en verdad están ahí, que son cosas vivas, gigantes y amenazantes. El uso de la iluminación, la gama de colores, algunos planos alejados y el contraste con el paisaje hacen que las escenas en las que aparecen trolls no tengan nada que envidiarle a producciones millonarias como por ejemplo Cloverfield, y de hecho aquí están mejor logradas que en esa producción americana.
André Øvredal ha logrado hacer de Troll Hunter un producto notable. Sus protagonistas y todos los demás actores que completan el reparto realizan un muy buen trabajo, lo cual en conjunto con el apartado artístico y los efectos especiales nos otorga una historia increíble de la manera más creíble posible. La fotografía de este filme nos revela algunos paisajes de la Noruega profunda que son bellísimos, y el uso de la mitología escandinava es un acierto puesto que no hay nada mejor para esos paisajes que unos trolls gigantes caminando por densos y húmedos bosques.
Tres datos curiosos:
- La cinta tiene algunas referencias al folklore escandinavo, como por ejemplo la escena donde vemos 3 cabras en un puente y un troll viviendo debajo, clara referencia a la clásica historia del troll bajo el puente, que ha sido reproducida y adaptada infinidad de veces principalmente en la literatura, teniendo como ejemplo una adaptación del conocido escritor Neil Gaiman incluida en un compilado de cuentos suyos llamado Humo y Espejos.
- Los derechos para una remake americana fueron comprados por Summit Entertainment incluso antes de que la película se estrenase, pero luego de 5 años sigue sin saberse nada acerca de esa producción.
- Varios personajes de la película están interpretados por comediantes noruegos: Otto Jespersen (Hans, el cazador de trolls), Knut Nærum (el supervisor de la planta de electricidad), Robert Stoltenberg (el distribuidor polaco de osos), y Hans Morten Hansen (Finn, el jefe de Hans) son todos comediantes reconocidos en su país.
