[Jugando a…] Motteke Oh! Dorobou

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Título: Motteke Oh! Dorobou

Plataforma: Super Nintendo

Desarrolladora:  Data East

Publicado por: Data East

Género: Tablero

Lanzamiento: 1995
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Explorando el catálogo japonés de Super Nintendo (o Super Famicom) he encontrado muchas joyas de géneros muy populares en aquella época (como la lucha, las plataformas, los beat’em up o los juegos de puzle) y al mismo tiempo he podido explorar otros géneros que en occidente no eran populares pero en Japón si, como las carreras de caballos, los juegos de casino y apuestas o los de tablero.

Normalmente se suele considerar la saga Mario Party como propulsor de esta clase de juegos en occidente y es innegable que es así (pocos juegos de ese estilo han tenido tantas ediciones y con personajes tan llamativos).

Sin embargo, en el catálogo de Super Famicom he visto tantos juegos de tablero con temáticas tan diferentes, que los Mario Party pierden encanto al compararlos. He visto juegos donde controlamos barcos y tenemos que comprar y exportar determinados objetos evitando las batallas a cañonazos con los otros jugadores y al barco fantasma de turno, otro donde controlamos a atractivas chicas (dibujadas por U-Jin, un dibujante de hentai y manga erótico) que han de enfrentarse a monstruos a base de piedra-papel-tijera, otros donde controlamos a unos ludópatas que alternan el tablero con juegos de apuestas y casino, otros protagonizados por luchadores famosos de la lucha libre japonesa e incluso algunos que son juegos de tablero basados en otro tipo de juegos (como el juego de cartas UNO).

A día de hoy el juego que más me ha sorprendido de todos ellos es Motteke Oh! Dorobou, un juego de tablero centrado en policías y ladrones.

Al empezar el juego y tras elegir el número de jugadores, nos encontraremos con los protagonistas: los ladrones. Hay 6 diferentes, todos ellos bastante estereotipados y exagerados y divertidos (todos pasados por el filtro “kawaii” tan habitual en los productos japoneses). Los ladrones son: un hombre calvo vestido con bata (el típico científico loco) un tipo con turbante que hace juegos malabares con bombas (emm… ¿un terrorista?), otro que es un hombre de mediana edad con boina y chaqueta, (el típico ladrón o carterista), un tipo vestido de lila con un pañuelo que le tapa la cabeza, que recuerda inevitablemente al ninja Ebisumaru de Ganbare Goemon y representa al ladrón “clásico” japonés. También tenemos a una chica pelirroja, que le gusta tumbarse en bikini y cuyo “saco para robar” es un conejito de peluche (la femme fatale del juego) y por último a un niño disfrazado de pollito que simplemente es gracioso.

Los ladrones protagonistas

En cada escenario hay casas pequeñas y edificios importantes (museos, bancos, barcos con tesoros) que son nuestro principal objetivo. Si nuestros “héroes” entran en una casa aparecerá un minijuego sencillo donde podrán obtener algún objeto de valor, pero si entran en un edificio importante apareceremos dentro del mismo y nos podremos mover libremente, robando todo lo que podamos antes de que se nos acabe el tiempo. Mientras más tesoros tengamos, mejor, pero tened en cuenta que hay un límite de objetos a cargar, de manera que a veces es mejor administrarse bien y llenar el saco de tesoros, pero guardar algún objeto valioso que nos ayude a sobrevivir en el tablero.

Minijuegos al robar en casas pequeñas

Robando en los edificios importantes

Los objetos también son una parte primordial del juego ya que nos dan ventajas muy útiles y variadas. Por ejemplo, hay un ítem que nos permite movernos el doble, otro que nos permite elegir cuanto mover (y así caer en la casilla que queramos), otro que pone una trampa en la casilla (y quien entre en ella acabará su movimiento ahí), otros que nos permiten fastidiar a los otros personajes (haciéndoles perder un turno) e incluso hay uno que nos permite ponernos unas mascara (nariz y bigote) para que no nos reconozca la policía.

La policía no te reconoce si te pones gafas y bigote

Porque si, nuestros picaros protagonistas no estarán solos en el tablero, los policías se pasearán por el mismo y tratarán de alcanzarlos y llevarlos a prisión. De manera que no solo tenemos que intentar robar todo lo que podamos, sino que también tenemos que evitar a los policías, que también representan estereotipos, como el policía (chico y chica) y el inspector implacable con gabardina y sombrero. A veces veremos paseando por el mapa a un viejecito, que resulta ser un agente de paisano, ya que se puede convertir en el inspector o ¡en un superhéroe!

Las fuerzas del orden

En caso que los policías atrapen a un ladrón se lo llevarán a la cárcel y este tendrá dos maneras de salir de ahí: Intentando fugarse (superando un minijuego) o pagando a los agentes para que le suelten al turno siguiente.


Hay dos opciones para salir de la cárcel: pagar o fugarse

Ya tenemos ladrones y policías. ¿Qué es lo que falta? Pues “proveedores” para nuestros ladrones o lo que es lo mismo, mafiosos que aparecen de vez en cuando para hacer negocios con nosotros. Estos señores suelen vestir de negro y llevar gafas de sol, con algún que otro detalle relacionado con el mapa donde juguemos.

Nuestros «proveedores» se adaptan a todos los mapas

La existencia de la policía podría hacer pensar que los ladrones se ayudan entre sí, pero lo cierto es que eso no es así. Cada vez que dos ladrones caigan en la misma casilla, el último que llegue podrá decidir si quiere o no, un minijuego contra el otro. El ladrón que pierda el minijuego, también perderá un objeto, lo cual lo puede dejar en una mala situación si esa zona del mapa está rodeada de policías (imaginad que os quitan el objeto que os permite moveros a otras partes del mapa o la máscara para ir de incógnito…).

Minijuegos de competición entre ladrones

Lo que redondea la experiencia de juego son los eventos aleatorios que suceden cada vez que un personaje cae en una casilla,  y que pueden cambiar la partida de manera notable en base a la buena o mala suerte que hayamos tenido. Puede que nuestro personaje tenga suerte y gane dinero o la posibilidad de mover otra vez, puede suceder que los policías se duerman viendo la televisión, que un montón de gente nos arrastre a la casilla de salida, que empiece a nevar y se quede atontado nuestro personaje, que se nos cruce un gato negro (que no se que hace, pero seguro que algo bueno no es) etcétera. Estos eventos son la salsa del juego,  aunque pueden ser un tanto injustos (siempre quedará la duda de si son aleatorios del todo o si la consola hace trampas y nos fastidia cuando mejor vamos jugando).

Los eventos son tan impredecibles como divertidos

Dependiendo de la longitud de partida que hayamos elegido al principio veremos más menos escenarios, que alargan notablemente la vida del juego ya que son de diferentes tamaños (varían en complejidad, número de alcantarillas de teletransporte, número de casas y zonas especiales) y también dan algo de variedad visual, al cambiar la temática general.

Empezando el turno

Este juego es muy divertido (y pueden participar hasta 4 jugadores usando un multitap) pero también requiere algo de paciencia, sobre todo en lo referente a los objetos. Me explico, pese a que el menú que aparece cada turno tiene dibujos y es muy sencillo (mover, mirar objetos, mirar clasificación actual y mirar el mapa) una vez nos metemos en el inventario de objetos vemos que estos no tienen dibujos, solo texto (en japonés). Al final te acostumbras a saber cual es cual, pero en las primeras partidas puede ser algo que le reste encanto al juego. Algo similar sucede con los eventos, pero debido a que estos suceden de manera aleatoria y tienen efecto inmediato y van acompañados por dibujos, pues son mucho más comprensibles sin saber japonés. Que yo sepa no existe traducción de este juego y debido a que no es de ninguna saga famosa y de un género como el de tablero, veo difícil que aparezca alguna a corto plazo, pero en cualquier caso yo recomiendo mucho jugarlo.

Motteke Oh! Dorobou es un juego poco conocido, pero vale la pena echarle un vistazo. Es divertido (mientras más jugadores mejor), su temática es original y se usa como pretexto para  que vivamos situaciones tensas (cuando entramos a robar a los edificios importantes y caemos en alguna trampa de seguridad mientras se nos acaba el tiempo para huir), sus eventos le pueden dar la vuelta a la tortilla y los minijuegos son sencillos, pero divertidos. Además, no todos los días podemos jugar a ser los malos en un juego de este estilo.

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