[Conociendo a…] Lupo Alberto

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Nombre: Lupo Alberto

Otros alias utilizados: Berto, Lobatón, Lupejo, Pepe

Primera aparición: Undercomics # 1 (1973)

Creador: Guido Silvestri (Silver)

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La relación del ser humano con el lobo fue una de las más complejas y conflictivas. En primer lugar, fue una de las primeras especies en ser domesticada. Aunque las versiones sobre cuándo sucedió varías según quién lo diga (desde el Paleolítico de la era de los neandertales al Neolítico, pasando por los milenos previos al comienzo de éste -Mesolítico- en Europa y Asia como dos focos independientes), lo cierto es que tuvo lugar hace bastante tiempo, y dio como resultado la evolución domesticada de éste: el perro, el considerado como mejor amigo del hombre.

Por otra parte, y especialmente cuando se comenzó a criar ganado, los lobos que permanecieron silvestres pasaron a ser justo lo contrario a los canes domesticados, el peor enemigo del hombre. Esto se debió a que acostumbraban a hacer incursiones nocturnas a los establos, que eran considerados por estos animales como una fuente de comida fácil. Como resultado, se ganaron una fama casi demoníaca, la de un ser malvado por naturaleza. Fue perseguido sistemáticamente hasta llevarle al borde de la extinción, al tiempo que se le representó como villano en no pocas historias populares, como Caperucita Roja, Los tres cerditos, Pedro y el lobo, etc. Ese arquetipo es una constante, pero el personaje del que hablaré hoy se encuentra en las antípodas de todo esto. Conozcamos a Lupo Alberto, el peculiar lobo de Guido Silvestri.

Un noviazgo “contra natura”

Lupo Alberto es representado como un lobo bípedo y algo barrigudo de color azul (aunque en las portadas de los cuadernillos de Ediciones B aparece con el pelaje blanco), un gran hocico proyectado hacia arriba en su extremo, orejas puntiagudas y erguidas y cuatro o cinco grandes mechones a cada lado de la cabeza a modo de “barbas”. Como suele pasar, el personaje experimentó una evolución gráfica. En general, su forma era más “compacta”, pues el tamaño de sus ojos, orejas y “barbas” era más reducido en sus primeras historietas.

Parte de la primera historieta publicada en España.

Como suelen hacer sus congéneres en la vida real, el lobo de Silvestri acostumbra a asaltar (o al menos lo intenta) el lugar donde residen animales domésticos, que en el caso de esta serie es la granja McKenzie. Eso sí, el motivo de estas incursiones es bastante distinto al de éstos. En realidad, no acude a la granja para cazar indefensas criaturas (de hecho, no se sabe muy bien de qué se alimenta), sino para ver a su novia y llevársela a cuestas hasta el lugar de su cita. Para lograr este objetivo deberá enfrentarse a su terrible perro guardián, del que hablaré en el siguiente apartado. Por si esto no fuese lo bastante extravagante, su compañera en cuestión resulta ser una especie bastante alejada a nivel evolutivo, nada más y nada menos que una gallina que responde al nombre de Marta. Citando textualmente la descripción oficial, se trata de una “gallina de buena familia enamorada de Alberto”, por lo que sus modales son algo refinados.

Las citas con Marta son arriesgadas en extremo.

Pese a todo, en ocasiones se esfuerza en guardar las apariencias y dar una imagen de depredador fiero y amenazante, aunque no tarde en quedar en evidencia durante las muchas desgracias que le ocurren. Quizás sea por eso que a menudo muestra una expresión seria y malhumorada, aunque la mayor parte del tiempo su actitud es apática y “pasota”. Este rasgo de su carácter será uno de los que más problemas le de en su relación con Marta, pues ésta, al ser de naturaleza vivaz, no soporta que su lobuno novio ponga pegas a sus planes. Otra faceta, que será desarrollada especialmente en sus aventuras largas, es la de su humor ácido y sarcástico. Esto último también suele sulfurar a Marta. Eso sí, a cambio es más independiente y menos sugestionable que la mayoría de habitantes de la granja McKenzie.

Lupo Alberto no escatima en sarcasmos y no se deja influenciar.

Interacciones con la fauna local

La vida de Alberto es muy sacrificada. Como ya se dijo en el anterior apartado, su rutina diaria pasa por ir desde su casa (en realidad vive debajo de un árbol al que ha colocado un teléfono antediluviano para poder comunicase con su novia) hasta la granja. Para ello debe evitar en todo momento encontrarse con el temible Moisés, el perro guardián que, en realidad, hace las veces de jefe de todos los animales de la granja. Se trata de un bobtail, antropomorfo (como casi todos los animales de la serie), enorme tanto en altura como en corpulencia y completamente blanco. Siempre aparece con el semblante serio y rara vez se le pueden ver los ojos. Vigila el recinto día y noche y no repara en medios para expulsar al lobo, incluso armas de fuego y objetos contundentes. Este permanente juego “al gato y al ratón” constituye uno de los pilares fundamentales de la etapa de tiras cómicas. Se refiere al infeliz Alberto como Lobetón o Lupejo en las traducciones de Ediciones B y Norma respectivamente.

Moisés no se nada con chiquitas con Alberto.

Existen muchos otros personajes secundarios dentro de la granja. Entre ellos, cabe destacar el cerdo Alcides, el pato Glicerina o la gallina Alicia, la mejor amiga de Marta. Con todo, el que más relación tiene con el protagonista es Enrique, un viejo topo machista, misógino y maleducado. Tiene la costumbre de interponerse constantemente en su camino, refiriéndose a él a voz en grito como “Pepe” y contándole sus numerosas batallitas sobre su época de servicio militar (según éstas, ha combatido en la Segunda Guerra Mundial tanto en las filas alemanas bajo las órdenes del “Zorro del Desierto” Rommel como de las partisanas de Tito y en las estadounidenses, así como en la guerra de Vietnam). Ya sea por un motivo u otro, siempre termina delatando al lobo, quien recibe indefectiblemente una paliza por parte de Moisés.


La indiscreción de Enrique le vale más de un disgusto.

Conclusión y recomendaciones

Lupo Alberto es un lobo algo malencarado y un tanto cínico, pero tan inofensivo para los animales de la granja McKenzie que llega al punto de salir con una gallina. Eso no es impedimento para ser objeto de múltiples y brutales palizas por parte de Moisés, el perro que vigila el recinto día y noche.

En España, Lupo Alberto fue publicado en la revista Mortadelo (tercera época) desde el número 69. También apareció en El Pequeño País, antiguo suplemento infantil del diario El País. En cuanto a publicaciones monográficas, la misma Ediciones B editó entre 1988 y 1989 cinco volúmenes de sus historietas cortas en formato apaisado en blanco y negro.

Lobo/Lupo Alberto #1 (Ediciones B).

Por lo que respecta a sus aventuras un poco más extensas, Norma publicó dos volúmenes, El grande (1999) y Se las sabe todas (2000).

Lupo Alberto #1 (Norma).
Lupo Alberto #2 (Norma).

Por otra parte, la cadena italiana Rai realizó una serie de televisión de dos temporadas, una en 1997 y otra en 2002, con más de cien episodios emitidos. Hasta donde yo sé, nunca llegó a España (o pasó tan desapercibida que no ha dejado rastros).

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